La realidad recreada por José Revueltas (1914-1976) en sus novelas es la que vivimos en la actualidad, por desgracia. Pero siempre hay una voluntad de lucha, de rebeldía, de decir: esto tiene que cambiar, expresó Philippe Cheron, compilador del escritor duranguense junto con su esposa, Andrea Revueltas.

El también escritor y traductor consideró a Revueltas de una actualidad quemante y atroz, al participar ayer en la presentación de los siete tomos de la serie José Revueltas. Obra reunida, coeditada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y Editorial Era, que posee los derechos del autor. Acotó que “siempre tuvimos la idea de que una redición en pocos tomos –la serie original es de 26– tuviera el título general Los días terrenales, como su novela de 1949. El mismo José lo expresó así”.

La presentación se efectuó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, ante un público integrado por muchas caras jóvenes, que colmó el recinto. Pero también había muchas personas maduras, sobrevivientes del movimiento estudiantil de 1968, que incluso conocieron al homenajeado y acudieron a rendirle honores. Del clan Revueltas estuvieron su nieta Hilda y sus sobrinas Coral y Rosaura.

Ya que la lectura de Revueltas es bastante difícil y oscura, Cheron hizo votos para que los jóvenes no se asusten. Continuó: “Evidentemente, hablar de José es hablar de la cárcel, pero –insisto– hay que ver en él todos los elementos, no sólo su militancia política, sino su propia literatura. Hay muchas modalidades textuales que van en el sentido de una resistencia, de una lucha, de no aceptar la realidad que muestra en su literatura, que es la que vive, por desgracia”.

Ejemplificó con el papel de las mujeres en sus novelas que, a partir de Los días terrenales, adquieren un sentido de emancipación. Es algo que no encuentro en ningún otro escritor de su generación, apuntó el compilador. Retomando el tema de la cárcel, aparte de la física, también hay la del dogma –el Partido Comunista le obligó a retirar Los días terrenales– y la de la droga, lo que le da una actualidad inquietante.

Cheron también se refirió a la cita al principio de Los muros de agua (1941), en el sentido de que algo espantosamente real va a ocurrir, especie de premonición que otra vez nos remite a nuestra actualidad.

Respecto de la contradicción en Revueltas, su yerno aseguró que mientras su primera esposa, Olivia Peralta, lo presenta como un don Quijote que está dispuesto a pelear contra todo, ésta es una visión parcial, porque al mismo tiempo era un hombre muy inteligente, reflexivo, que nunca se lanzó a la lucha sin pensarlo. Tenía mucho arrojo, rebeldía, una fuerza increíble, pero al mismo tiempo mucha prudencia.

Para Ricardo Cayuela, director general de Publicaciones del Conaculta, la indignación por las condiciones de nuestro país, presente en la obra de Revueltas, quizá es más vigente que nunca, porque lamentablemente las condiciones que describe, la voz que da a los desposeídos, sigue siendo necesaria en nuestro país, porque seguimos habitando una nación profundamente desigual e injusta.

El actor Carlos Bracho señaló que Revueltas no fue cómplice de nada ni de nadie: Su independencia y su militancia política le hizo ser frecuente inquilino de las cárceles mexicanas. El régimen de ayer lo mandaba a las Islas Marías, el de hoy lo tacharía de terrorista y lo enterraría en las fosas de Iguala. En seguida leyó un fragmento del cuento Dios en la tierra.