Economía
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Jalife-Rahme trata en nuevo libro el problema de Argentina con los fondos buitres

Advierte analista sobre los riesgos de que México acepte arbitraje de tribunales de NY
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El analista y colaborador de La Jornada Alfredo Jalife-RahmeFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de diciembre de 2014, p. 28

En la disputa del gobierno argentino con los llamados fondos buitres, entidades financieras que se niegan a aceptar la renegociación de la deuda de la nación sudamericana, hay una moraleja primaria, que sirve de lección a México: la ingenuidad de los países que se endeudan en los mercados internacionales y aceptan el arbitraje de los tribunales de Nueva York o Londres, aseguró el analista Alfredo Jalife-Rahme. México, con la reforma energética, aceptó someterse a esos tribunales, dijo.

Además de esa enseñanza, detrás de la disputa entre Buenos Aires, los fondos especulativos y un juzgado en Nueva York hay otro contencioso menos visible y que tiene que ver con el control de recursos estratégicos, expuso.

Se trata de la reserva de producción agrícola de la Patagonia, en el extremo sur del continente; las reservas de petróleo y gas de las Islas Malvinas –controladas por empresas relacionadas con los fondos buitres– y los recursos naturales de la Antártida, dijo el articulista de La Jornada, a propósito de su libro Argentina, los fondos buitres y las Malvinas. Un enfoque geoestratégico, que será presentado este domingo a las 16:30 horas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Argentina posee la segunda reserva mundial de petróleo y gas no convencional. De ahí viene la conectividad política entre energía, la reserva agrícola de la región de la Patagonia, que obviamente China está muy interesada en ella para su soberanía alimentaria, y también Rusia, que en estos momentos afronta un embargo alimentario; y los recursos de la Antártida, explicó el analista.

Aquí entra la conexión de las Islas Malvinas, que son una prolongación de la Patagonia. Es en ese archipiélago, actualmente bajo soberanía británica y que Argentina reivindica, donde operan grandes compañías energéticas relacionadas con los fondos buitres, mencionó.

En 2001, el gobierno argentino emitió deuda en los mercados internacionales para hacer frente al colapso de su economía que, entre sus consecuencias, tuvo el congelamiento de los ahorros bancarios, conocido como el corralito. En los años recientes, Buenos Aires restructuró 93 por ciento de esa deuda, con el pago de una cuarta parte del valor de los pasivos. Los acreedores del otro 7 por ciento son una serie de fondos que, Jalife identifica en su obra, se han negado a la restructura y mantienen un litigio en Nueva York con el gobierno sudamericano, que ha incluido intentos por confiscar bienes (incluso, un barco de la Armada argentina estuvo varado en costas africanas).

Estamos hablando de uno de los puntos de mayor trascendencia geopolítica que existe en el mundo. No puedo perder de vista la conectividad de las Malvinas con la Patagonia, lo que eso significa, y la Antarátida, dijo Jalife.

El analista planteó que existen condiciones para que Argentina, en el mediano plazo, logre hacer válida su reivindicación sobre las Malvinas bajo un modelo parecido al de Inglaterra y China respecto de Hong Kong: un país, dos sistemas, propone Jalife en el libro.

“El año 2014 no es 1982 –cuando la guerra de las Malvinas entre Inglaterra y Argentina– ni es 2001 del corralito. Hoy le veo mayor posibilidad a Argentina de hacer válido su reclamo sobre las Malvinas debido a que el mundo varió. En 1982 era la fase bipolar, con el declive que ya se veía de la Unión Soviética; 2001 era la unipolaridad de Estados Unidos; pero ya estamos en 2014, donde Estados Unidos empieza su declive e inicia una fase multipolar que todavía no arranca como debiera, pero ya empezó. Ya se habla del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y Argentina ya tiene mayor margen de maniobra. De eso versa el libro”, dijo.