Imelda Saldívar y su pasión por los caballos, la fotografía y los toros
Guanajuato, ridículo taurino
egiomontana de origen, egresada del Tecnológico de Monterrey como arquitecta, con diplomados en Historia del arte y Artes plásticas, con clínicas de Alimentación en equinos, Doma natural, Iniciación con potros, Acupuntura en equinos y Liderazgo con caballos, y autora de textos, como El caballo, un espíritu libre I y II, Imelda Saldívar Estrada es también directora de relaciones públicas de la Asociación Mexicana de Criadores de Caballos de Raza Azteca.
Desde 2004 cría esos caballos en la yeguada Hacienda Los Ángeles, clasificada entre las cinco mejores ganaderías criadoras de caballos de esa raza en el país. Regularmente sus ejemplares participan en campeonatos nacionales e internacionales, en ferias ganaderas del país y el extranjero y en encuentros mundiales ecuestres, obteniendo primeros lugares en categorías tanto de machos como de hembras. Por si esas actividades exigieran poco, Imelda decidió incursionar también en el campo de la fotografía y la pintura, primero de caballos y luego de toros.
“Por razones de trabajo empecé a fotografiar a mis caballos en 2008 –dice la también técnica en ambientalismo– y al año siguiente decidí entrarle a la fotografía taurina e incluso participar en un concurso internacional de fotografía, obteniendo un quinto lugar. En 2011 participé en un concurso fotográfico sobre tema taurino, quedando entre los 15 seleccionados. Ese año tuve mi primera exposición individual, titulada El arte taurino en fotografía, en la plaza monumental Monterrey Lorenzo Garza y luego en la plaza Armillita, de Saltillo, Coahuila.
“En 2012 expuse en las plazas Coliseo, de Torreón; Alejandra, de Durango; en el hotel y viñedo Adobe Guadalupe, en Valle de Guadalupe, Baja California, y en el Museo de Historia en Querétaro. En agosto de 2013 presenté la muestra Tauromaquia, pasión y color, en el Centro Cultural de Arquitectura en el barrio antiguo de Monterrey, el pasado noviembre se inauguró la exposición Cabalgando por el arte, la nobleza y la bravura, en la Asociación Nacional de Matadores, en la ciudad de México, y desde febrero de este año colaboro en el programa taurino por Internet Toros a lo regio. Me encanta el ambiente de las plazas y me gusta presenciar el sorteo y enchiqueramiento de los toros. Ha sido una especie de adicción, al grado de que un día estoy en Zacatecas, otro en Mérida y al siguiente en Mazatlán.
“Con respecto a mis caballos –agrega Imelda– debo decir que tenemos el orgullo de que varios de ellos forman parte de la magnífica cuadra del rejoneador Emiliano Gamero, quien viene obteniendo triunfos sucesivos en diferentes plazas de la república. Tenemos además veinte yeguas de vientre, aztecas y lusitanas, cargadas con caballos de rejoneo. Yo los crío y el matador Emiliano los doma con un profesionalismo y una dedicación ejemplares, convirtiéndolos en caballos toreros de primera. Junto a un repunte del rejoneo en México sigue habiendo mayor preferencia por rejoneadores importados que poco o nada alternan con los nuestros, y así no se puede consolidar la tradición hípico-taurina del país.
Preferí la raza azteca por su conformación, morfología, comodidad para la doma, entendimiento, nobleza, facilidad para la monta y gran versatilidad. Es como un reflejo de la mejor idiosincrasia del mexicano. No, no imparto clínicas, las tomo y las pongo en práctica con mis animales. ¿Que cómo veo la fiesta en la actualidad? La veo desconcertada y aturdida, no en decadencia. La gente necesita emocionarse, no sólo aplaudir, por lo que urge que los taurinos se pongan las pilas y coordinen esfuerzos en la organización y promoción del espectáculo, que los ganaderos retomen el concepto de bravura que da emoción aunque haya menos corte de orejas, que los toreros exijan más variedad de encastes, y que las autoridades estén más pendientes, designen jueces más calificados y con criterios más unificados. Con los medios pasa como con el calentamiento global, todos se ocupan de éste pero nada cambia
, remata Imelda convencida.
Guanajuato en ridículo en materia taurina. Por un lado el gobernador de ese estado, Miguel Márquez, contagiado quizá por la ventolera de otros colegas, firmó en noviembre de 2013 el decreto que declara a la fiesta brava como Patrimonio Cultural e Inmaterial del Estado de Guanajuato. Y por el otro, el 13 de marzo de este año el pleno del ayuntamiento de la ciudad de León, con un animalismo sólo proporcional a su ignorancia histórico-taurina, decidió prohibir a los menores de 14 años el acceso a las corridas de toros y a las peleas de gallos. ¿Así se coordinan los gobiernos estatal (PAN) y municipal (PRI) con respecto a la tradición taurina del estado que vio nacer a torerotes como Gaona, Silveti, Liceaga, Córdova y Velázquez? ¡Qué bárbaro, mi gober!, con ese blindaje nomás se sumó usted al papelón del resto de mandatarios dizque taurinos.