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La construcción de un centro comercial acabaría con sitio de reunión de más de 50 años

Plan inmobiliario pone en riesgo la Plaza del Mariachi de Los Ángeles

De aquí mantenemos a nuestras familias sin hacer daño a nadie; sólo queremos hacer felices a las personas, se lamentan

El proyecto afecta a un símbolo de la ciudad, asevera escritora

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El Metro de Los Ángeles es propietario de los terrenos donde se planea construir un centro comercial. El proyecto no ha sido bien recibido, reconoce la oficina de ese sistema de transporte
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¡Que nos respeten el espacio!, reclama un músico de la plaza. tomadas de www.mariachiplazalosangeles.com
 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de diciembre de 2014, p. 8

Los Ángeles.

Los mariachis de Los Ángeles andan tristes y angustiados. La histórica plaza en la que se reúnen desde hace más de medio siglo para buscar clientes puede convertirse en un centro comercial que destruirá su principal fuente de ingresos.

¿De qué vamos a vivir?, se preguntan.

Un grupo de inversionistas le ha echado el ojo a la Plaza del Mariachi, una pequeña explanada situada al este de la ciudad y presidida por una imponente estatua de Lucha Reyes, una de las reinas de la música ranchera, donde las melodías tradicionales mexicanas no dejan de sonar.

El proyecto inmobiliario prevé cubrir la plaza para construir más tiendas y edificar un estacionamiento de entre seis y ocho plantas que dé cabida a unos 500 vehículos.

Nosotros, obviamente no nos oponemos a la urbanización, tiene que haber mejorías. (Pero) la incógnita y la preocupación de los centenares de mariachis que nos juntamos aquí es si vamos a permanecer en este lugar después de las obras, cuenta Arturo Ramírez, presidente de la Organización de Mariachis Unidos de Los Ángeles (Omula).

Comenzarían de cero

Abandonar este sitio obligaría a los músicos a comenzar de cero en otro emplazamiento y recomponer su fundamental red de contactos.

Los mariachis comenzaron a congregarse en esta plaza antes de los años 50 del siglo anterior. Entonces era de tierra y en ella se vendían lonas. Ahora está asfaltada y tiene un quiosco en medio para que los más entusiastas disfruten de la música.

Entre 4 mil y 5 mil familias de varios condados se benefician actualmente de esta plaza, según cifras del presidente sindical de la Omula.

¡Mariachi a la orden!, se oye desde una de las esquinas, mientras un grupo vestido con trajes de charro típicos va calentando la voz y los instrumentos.

Este es el lugar que nos da la vida, de aquí sale para comer, subraya Ramón Molina, con 34 años de carrera. Si construyen aquí, pues sí que nos van a perjudicar, reconoce.

Pero desde hace varios años el barrio que acoge esta plaza, Boyle Heights, donde la mayoría de los vecinos son mexicanos, está en plena expansión: proliferan los negocios nuevos y los terrenos están siendo recalificados, explican los músicos.

El Metro llegó a esta zona en 2009 y dedicó el nombre de la estación a los mariachis. Impulsó de forma clave su crecimiento, cuenta Catherine Kurland, autora del libro Hotel Mariachi: Urban Space and Cultural Landscape in Los Angeles.

No entiendo cómo (las autoridades locales) se pueden plantear un proyecto que amenaza a cientos de mariachis y que significa tanto para la ciudad, señala.

La escritora sugiere que la idea urbanística viene del hospital White Memorial, situado a una manzana de la plaza. Quieren abrir un centro comercial y un gimnasio para médicos y visitantes.

El Metro de Los Ángeles, propietario de los terrenos donde se levanta la explanada, ha reconocido de momento que su plan no ha sido bien recibido.

La percepción es que la propuesta está totalmente amañada y que no hay margen de maniobra, pero se trata de un enorme malentendido, llegó a afirmar al diario Los Angeles Times la responsable adjunta de planificación y desarrollo del Metro, Jenna Hornostock.

Los mariachis han mantenido hasta ahora dos reuniones con la dirección del Metro, que todavía no tomado una decisión final sobre el plan y está preparando un tercero para principios de año. Si no llegan a un acuerdo, los músicos barajan distintas opciones para detener las obras.

La plaza tiene más de 50 años; creo que algún derecho debemos tener, explica Jesús Góngora, un joven músico que no oculta su malestar. ¡Que nos respeten el espacio!.

El veterano Toni Ortega también lo tiene claro. El centro comercial pondrá en jaque uno de los pilares de su oficio. De esto mantenemos a nuestras familias sin hacer daño a nadie. Nuestro propósito nomás es hacer feliz a las personas, reclama tocando su guitarrón.