A casi año y medio del fallecimiento de Guillermina Bravo, la noche del jueves –en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes– fue presentado un libro alusivo a quien es pilar de la danza contemporánea en México.

Guillermina Bravo: testimonial, con prólogo de Luisa Josefina Hernández, recoge 14 voces de quienes trabajaron y convivieron con la llamada bruja de la danza, así como la memoria visual de la vida del Ballet Nacional de México (BNM), que la bailarina y coreógrafa fundó en 1948 y dirigió hasta 2006, cuando anunció la disolución de esa compañía.

La presentación estuvo a cargo de Elizabeth Cámara, directora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón, quien atribuyó la aparición del libro ante la inminencia de la muerte y la volatilidad de la danza que se desvanece en el instante.

Siguió un conversatorio con personajes de la música, las artes escénicas y la danza. El compositor Mario Lavista retomó las palabras de la coreógrafa y docente Rossana Filomarino en el sentido de que el BNM fue el primero en transformar la danza de tipo nacionalista en abstracta.

“Esto, para nosotros los músicos, compositores e intérpretes de los años 60 del siglo pasado fue muy importante, porque se comenzó a formar un movimiento musical antinacionalista.

La compañía de Guillermina Bravo, en ese entonces, fue una revelación y una confirmación de que lo que hacíamos en el campo de la música no estaba del todo mal, acotó.

Filomarino, quien vino a México invitada por Bravo a impartir la técnica Graham, expresó que la labor de su amiga durante 50 años estuvo dedicada principalmente a profesionalizar la danza: Gracias a su tenacidad, su amor por el cuerpo, tenemos hoy la danza que existe en México. La llevó a un nivel de abstracción para poder hablar de cosas de la realidad de México.

Además, fue la primera en crear una danza de imágenes sin historia, al hacer dramatismo por medio del cuerpo, anotó Filomarino.

El director de la Compañía Nacional de Teatro, Luis de Tavira, dijo haber descubierto el enigma de la dirección de actores al trabajar con Bravo, pues era una directora de escena. Llamó un lugar común referirse a ella como “la bruja mayor de la danza mexicana.

Al evocarla contemplo asombrado una alquimista prodigiosa, un ser fáustico, que se pasma ante su propio experimento para exclamar: ¡instante, eres tan bello, detente!

Compendian 18 danzas en dvd

Lucio Sánchez Bravo habló de la labor que ha emprendido para recuperar los registros fílmicos de las obras de su madre, porque ella jamás quiso que fueran preservados en medios como el video o el cine, aunque al final de su vida cambió de opinión. Se ha logrado hacer un compendio de seis devedés que contienen 18 danzas y fragmentos de otras.

Para el promotor cultural Ignacio Toscano, así como Guillermina Bravo tuvo el valor de crear instituciones, lo tuvo también para decir se acabó el BNM, porque estaba convencida de que el futuro estaba en la escuela (el Centro Nacional de Danza Contemporánea).