Sociedad y Justicia
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Presentan resultados del primer estudio realizado en América Latina sobre el tema

La alteración de la microbiota por exceso de grasas y antibióticos, causa directa de obesidad
 
Periódico La Jornada
Viernes 14 de agosto de 2015, p. 39

El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares, así como el uso indiscriminado de antibióticos, modificó a lo largo de los años la microbiota (antes flora intestinal). Ahora se sabe que esta alteración es causa directa del sobrepeso, obesidad y diabetes, afirmó Ana Burguete, jefa de la Unidad de Epidemiología Genética del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Los cambios en la microbiota han implicado un incremento de bacterias de la familia firmicutes y reducción de bacteroidetes, es decir, un desequilibrio que a su vez ha alterado el metabolismo.

La experta comentó los resultados del primer estudio realizado en América Latina sobre el tema. Lo llevó a cabo el INSP con cerca de 3 mil niños habitantes de la ciudad de México, en el cual se encontró que los menores con obesidad tienen una población disminuida de bacteroidetes y alta de firmicutes. Ambos tipos de bacterias tienen genes que participan en el mecanismo de degradación y absorción de los alimentos. Y explicó Burguete que hay cientos de miles de millones de microbios que representan, al menos, 10 veces más que el número de células del organismo. Adicionalmente, contienen un conjunto de genes que equivalen a cien veces más que los del genoma humano.

Los estudios han encontrado que la microbiota realiza funciones biológicas y metabólicas que no pueden ser efectuadas por el metabolismo humano. Este factor es, incluso, más importante que el genético para el desarrollo de enfermedades, principalmente obesidad, diabetes y cardiovasculares.

Más males

Burguete participó ayer en la primera sesión de la séptima Conferencia Científica Anual sobre Síndrome Metabólico, a la que asisten alrededor de mil 500 médicos de diferentes especialidades. Señaló que a partir de esos hallazgos se debe modificar sensiblemente el modo de abordar el control de la obesidad, la cual es uno de los principales componentes del síndrome metabólico. Los otros son la alteración de la presión arterial, niveles bajos de colesterol HDL (malo), triglicéridos y glucosa altos.

Las personas con una o más de estas condiciones clínicas tienen un riesgo incrementado de desarrollar alguna afección cardiovascular e incluso de morir por un infarto al miocardio, explicó Antonio González, presidente del Grupo Mexicano del Síndrome Metabólico, organizador de la conferencia.

A partir de los hallazgos de investigaciones, Burguete resaltó que comer poquito o dejar de consumir ciertos alimentos no sirve para bajar de peso. Se debe identificar la dieta que requiere cada persona para lograr el equilibrio en la flora intestinal y reducir la población de bacterias malas que obstaculizan el metabolismo de grasas y carbohidratos.

En relación con el uso indiscriminado de antibióticos, explicó que no sólo se ha generado resistencia bacteriana. También se alteró la microbiota, porque tienen un efecto sistémico. Además de atacar a los agentes causantes de alguna infección, los fármacos también llegan al colon, la vagina y todos los sitios del cuerpo donde haya bacterias.

Eso ocasiona el desequilibrio de la microbiota (disbiosis) y en los niños que son sometidos a tratamientos recurrentes con antibióticos se incrementa el riesgo de que desarrollen obesidad, advirtió.