Viernes 4 de septiembre de 2015, p. 2
Arizona.
De niña, Stephanie Leco solía cavar en el jardín trasero de su casa y se imaginaba hallar fósiles de un tiranosaurio. Le fascinaba la idea de sostener en sus manos un objeto de millones de años de antigüedad para atisbar la evolución del mundo.
¿Coincidencia significativa? Este verano descubrió un hueso mandibular de un pez de hocico alargado en el Bosque Petrificado que se supone existió hace 220 millones de años.
Leco participó en la primera excavación para ciudadanos efectuada el mes pasado en el parque nacional cerca de Holbrook, donde es frecuente encontrar restos de dinosaurios.
El fósil, del tamaño de una uña de meñique, fue exhumado en el lugar donde alguna vez hubo un lago o laguna en el periodo triásico posterior cuando se cree ese pez se extinguió en América del Norte. Los científicos sabían que había peces estrechamente vinculados con aquel en el periodo triásico anterior, unos 10 millones de años antes, pero sólo se hallaron fósiles en China en el triásico posterior, dijo Bill Parker, paleontólogo del parque.
La gente que estudia este grupo de peces debería empezar a mirar en nuestra dirección ahora
, agregó.
Pez relacionado con el género Saurichthys
Leco revisaba una superficie polvorienta de una colina aplicando sus conocimientos de arte para diferenciar colores, pautas y texturas entre huesos, rocas y carbón vegetal cuando se concentró en un área en busca de objetos menores. Ya tenía en su colección varios dientes diminutos y se maravillaba con la tibia de una lagartija que había hallado otro participante antes de que ella hallara el hueso de mandíbula. Sin saber de qué se trataba, entregó el fósil a Matt Smith, director de la preparación de fósiles en el parque.
En el laboratorio le confirmaron que era un pez relacionado estrechamente con el género Saurichthys.
Bueno, no era un tiranosaurio
, declaró la residente de Phoenix. ¡Pero realmente creo que esto es mucho mejor!