Desde hace más de un mes, Sofía y su esposo, ambos adultos mayores, peregrinan entre las casas de algún familiar a las de amistades para pasar la noche, luego de que un grupo de personas que se identificaron como empleados de una empresa rematadora de inmuebles rompieron las chapas de su vivienda, ubicada en Santa María la Ribera, y se apoderaron de ella, con el argumento de que habían adquirido la propiedad.

Jamás nos presentaron la orden de un juez o algún contrato de compra venta, expresó la afectada, quien precisó que desde hace 30 años vivía en este inmueble, ubicado en Avellano 45, herencia de su abuelo que mantenían en copropiedad unos familiares, de los cuales desconoce su paradero.

Sofía, a quien se le cambió el nombre para su protección, detalló que la mitad de la vivienda de dos pisos perteneció a unos primos. Quienes vinieron a despojarnos nos dijeron que el banco Santander les vendió una parte y nos comenzaron a amenazar para que nos saliéramos, pero nunca nos mostraron ningún documento, expuso.

El pasado 8 de noviembre, recordó, pasaron de las amenazas a los hechos.

Entraron a la fuerza y dijeron que se iban a quedar en la parte baja, porque era la mitad que les correspondía, pero cometimos el error de salir y cuando regresamos ya no nos dejaron entrar.

Un grupo de personas que se identificaron como empleados de una rematadora de inmuebles rompieron las chapas del edificio ubicado en Avellano 45 para despojar a un par de ancianosFoto Roberto García Ortiz

De nada valieron sus reclamos aquel día. Nadie acudió en su apoyo, ni los policías de una patrulla a la que pidió auxilio. Sus pertenencias, entre ellas montones de libros que conservaba de su padre, de oficio librero, fueron sacados a la calle. Tuvimos que alquilar una bodega para meter nuestras cosas y esa noche terminamos en un hotel de Sullivan, refirió.

En los 30 años de vivir en Santa María la Ribera pagó puntualmente predial, agua y luz, pero jamás puso la vivienda a su nombre. Ya presentamos una denuncia ante el Ministerio Público por despojo y hemos dado varias vueltas; la próxima cita la tenemos el 14 de enero, pero nos dicen que las casas son de quienes tienen los papeles, expuso.

Entre sollozos, pide a las autoridades delegacionales y del gobierno capitalino su intervención para que se haga justicia. Tengo 30 años viviendo ahí y tengo cómo comprobarlo, no es posible que haya gente mala y te quite lo único que tienes, lamentó.