Nueva York.

Un total de 69 periodistas murieron en el mundo mientras ejercían su labor durante 2015, ocho más que el año anterior, estimó el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

Del total de comunicadores caídos en el ejercicio de la profesión, 40 por ciento murieron a manos de grupos radicales, como Al Qaeda y el Estado Islámico (EI).

Más de dos tercios de los periodistas muertos en 2015 fueron objeto de asesinatos selectivos, o sea atacados deliberadamente debido a su profesión, señala el informe anual presentado por el CPJ, con sede en Nueva York.

El comité precisa que 28 fueron ultimados por grupos rebeldes islamitas, incluyendo Al Qaeda y el radical EI.

Confirmó que en México 32 periodistas han sido asesinados desde 1992 debido al ejercicio de su labor, y añadió que se tiene documentada la muerte de cuatro en este año: Rubén Espinosa Becerril, en la ciudad de México; Filadelfo Sánchez Sarmiento, en Mihuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca; Arnaldo Saldaña Morales, también en esa entidad, y José Moisés Sánchez Cerezo, en Medellín de Bravo, Veracruz.

Coberturas riesgosas

La mayor parte de los periodistas asesinados en el mundo durante el año que concluye cubrían guerras, y en segundo lugar están aquellos cuya labor estaba relacionada con violaciones a los derechos humanos.

Los periodistas ultimados a escala global cayeron mientras cumplían su labor, entre ellos los asesinados en represalia por su trabajo, así como los que murieron en combate o fuego cruzado o en otras coberturas peligrosas.

El total, que incluye periodistas caídos entre el primero de enero y el 23 de diciembre de 2015, es superior a la cifra de 61 que murieron en 2014.

El CPJ investiga los casos de por lo menos otros 26 periodistas asesinados durante el año, para determinar si existe algún vínculo con la labor periodística.

Al igual que en 2014, el país más peligroso para ejercer la profesión fue Siria, a pesar de que el número de reporteros muertos en esa nación descendió levemente. Esto se explica con que ahí los periodistas ya no ejercen su labor y los medios de comunicación extranjeros prácticamente no envían a sus reporteros a la zona de conflicto.

En Siria murieron este año 13 periodistas, en Irak 11 y Francia se sumó a la lista de países peligrosos con ocho, tras el ataque del 7 de enero, cuando milicianos islamitas irrumpieron en las oficinas de la revista Charlie Hebdo, en París.

Estos asesinatos ocurrieron mientras gobiernos de todas partes del mundo mantenían en las cárceles a por lo menos 110 periodistas por acusaciones de cometer delitos contra el Estado (del total de 199 comunicadores encarcelados), según el análisis anual de casos presos más reciente, lo cual muestra cómo la prensa al mismo tiempo es blanco de los terroristas y de las autoridades que dicen combatir el terrorismo.

En aproximadamente la tercera parte de las muertes de periodistas en todo el mundo, los responsables fueron grupos criminales o funcionarios públicos –en la mayoría de los casos narcotraficantes o empleafos gubernamentales sospechosos de estar aliados con la delincuencia organizada.

Según el reporte, hubo un fuerte incremento de asesinatos de presentadores de noticiarios, tanto de televisión como de programas online, pues fueron en todo el mundo 25 los que perdieron la vida.

El CPJ añadió en su informe que en muchos países en situación de conflicto han sido asesinados periodistas, pero al organismo se le dificulta documentar estos casos cuando los comunicadores están afiliados con alguna de las partes beligerantes, cuando es común que la información sobre los hechos se oculte o tergiverse.