Madrid.

Humberto Moreira, el ex presidente nacional del PRI preso en la cárcel de alta seguridad de Soto del Real desde el pasado 15 de enero, es investigado por la Fiscalía Anticorrupción y la policía españolas por varios delitos y tramas, entre ellas actividades vinculadas al blanqueo de capitales, el narcotráfico e incluso su presunta pertenencia al grupo criminal Los Zetas, considerado durante un tiempo el cártel más sanguinario y violento de México.

El ex gobernador de Coahuila, de 49 años, está en el punto de mira de los servicios de inteligencia internacionales a raíz del tráfico de abundantes cantidades de dinero que movió entre México y España, que presuntamente procede de los clanes del narcotráfico.

Moreira es investigado de momento por cuatro delitos: lavado de dinero, malversación de caudales públicos, cohecho y organización criminal, a lo que se podrían sumar más causas si prosperan las investigaciones abiertas por los agentes españoles, que relacionan al político mexicano con el cártel de Los Zetas, según publicó ayer el diario digital El Español.

Moreira se fue a vivir a Barcelona a finales de 2012, después de que en un supuesto ajuste de cuentas de grupos del narcotráfico asesinaron a su hijo José Eduardo Moreira, de 25 años, quien era funcionario del gobierno de Coahuila que encabeza el hermano del ex dirigente priísta, Rubén Moreira.

El testigo texano

Durante 2013, el ex gobernador movió alrededor de 200 mil euros, lo que despertó las primeras sospechas de la policía y la fiscalía. A esto se sumó el testimonio de Rolando González Treviño, a quien también señalan como prestanombres de Moreira y ahora es testigo protegido en la causa abierta en un juzgado de Texas.

Desde hace más de año y medio se abrió una investigación sobre todos los pasos que daba Moreira y asumió el caso el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, quien viajó varias veces a Texas, junto con los fiscales, para recabar más información.

Incluso se presume que podrían haber llegado a hablar con el testigo protegido y antiguo colaborador de Moreira, quien, cercado por la justicia, habría decidido colaborar y dar información sobre los supuestos delitos del ex gobernador de Coahuila y socios.

El sumario de la investigación aún es secreto, pero se hará público este viernes, cuando el político mexicano rinda declaración. Entonces todos, incluidos sus abogados, conocerán en detalle de qué se le acusa y, sobre todo, la solidez de las supuestas pruebas en su contra.

Entre las versiones que han trascendido destaca la tesis de que Moreira tiene vínculos con Los Zetas, que sus actividades están relacionadas con el narcotráfico y el lavado de dinero, y que hay varias llamadas telefónicas comprometedoras que podrían justificar que al menos enfrentara un juicio complejo y una larga reclusión en el penal de Soto del Real.

En esa prisión comparte celda con algunos de los delincuentes más peligrosos, entre ellos los integristas islamitas condenados por la masacre del 11 de marzo de 2011 en Madrid, los principales jefes del narcotráfico en España y los miembros de las mafias rusas e italianas. Además de políticos y funcionarios públicos acusados o condenados por delitos de corrupción.

Sin que se lo esperara, a su llegada a Madrid el pasado viernes 15 de enero fue detenido después de recoger sus maletas y llevado de inmediato ante el juzgado de guardia de la Audiencia Nacional, que ese día estaba a cargo del magistrado José de la Mata, quien decidió decretar prisión sin derecho a fianza ante el riesgo de fuga y la gravedad de los cuatro delitos que le imputan.

El diario digital El Español, que publicó en exclusiva la noticia de la detención de Moreira y cuenta con fuentes fiables, advirtió que “la investigación al ex gobernador mexicano y ex presidente del PRI Humberto Moreira sigue avanzando. La policía española, junto a la Fiscalía Anticorrupción, están investigando los posibles vínculos entre el político mexicano con el cártel de Los Zetas”.

Añade que “los investigadores están detrás de las pruebas que demostrarían que el ex presidente del PRI sería “subordinado del cártel que mueve el narcotráfico en México”.

De acuerdo con dichas fuentes, la razón por la que Los Zetas mataron a José Eduardo Moreira, hijo del ex mandatario, en 2012, fue porque Humberto Moreira estaba moviendo dinero sin el control de la organización criminal.

La defensa de Moreira está integrada por los abogados Víctor Olea, Ulrich Richter y el penalista español Manuel Ollé Sesé, quien es uno de los principales expertos en materia de extradición.