A pesar de que México cuenta con 16 mil 600 expertos en ciencias de la computación, 85 por ciento sólo se dedican a labores docentes y 8 por ciento a actividades de innovación y transferencia de tecnología, sobre todo en la generación de software y soluciones para empresas y bancos, alertó Luis Alberto Pineda, presidente de la Academia Mexicana de Computación (Amexcomp), organismo que agrupa a científicos y tecnólogos del país.

Las diez firmas internacionales que más patentes generan en el mundo son de tecnología computacional o con un alto componente de las mismas, pero en el caso mexicano, pese al discurso público en años recientes de la importancia de generar patentes, el número solicitado es muy limitado, y el de alta tecnología computacional, en específico, es prácticamente nulo.

En entrevista con La Jornada, Pineda destacó que México carece de dos mercados laborales estratégicos para detonar el desarrollo y la innovación en el campo de la computación: el de los servicios tecnológicos y el de negocios líderes mundiales en el desarrollo de alta tecnología que generan miles de empleos en sus países de origen para producir los equipos tecnológicos que todos disfrutamos.

En este caso, explicó, se trata de grandes compañías en las que decenas de miles de personas trabajan en tecnología para generar computadoras, teléfonos inteligentes, tabletas y otras innovaciones.

Luego de la presentación del libro Políticas y estrategias para el desarrollo de la computación en México, elaborado por especialistas de diversas instituciones educativas, agrupados en la Amexcomp, indicó que es el personal altamente calificado el que inventa y construye esos equipos, pero no tenemos esa oferta laboral en México porque no hemos generado ese tipo de empresas, y como país no hemos tomado la decisión de crearlas.

A esto se suma, indicó, que tampoco tenemos el mercado de servicos tecnológicos especializados. Hay empresas que ya no venden computadoras directamente, sino que hacen estudios y análisis de muy alto nivel. Tan sólo IBM, que es uno de estos consorcios, genera entre 5 mil y 6 mil patentes al año.

Se trata de anomalías, agregó, que generan que actores como la academia, responsable de formar recursos humanos altamente especializados, descuiden su función de generar patentes e ideas.

Actualmente se estima que cuatro por ciento de los computólogos del país se dedican a actividades de investigación y tres por ciento a tareas de consultoría. La población estudiantil de computación en todo el país es de 240 mil alumnos de licenciatura y de posgrado, es decir, alrededor de 18 jóvenes por profesor.

Viéndolo como un ecosistema, dijo, es necesario crear los mercados laborales que no tenemos, e involucrar a la iniciativa privada, que es la que debe invertir, pero también al gobierno para generar las condiciones, y a la sociedad, que da valor a estos procesos.

Otro de los desafíos es introducir en el Sistema Educativo Nacional el pensamiento computacional en la escuela y tener una cultura más profunda en esta materia.

La gente piensa que hacer o saber computación es saber Word o Excell, pero sólo es parte de un abanico muy grande de cuestiones técnicas que se tienen que aprender. El pensamiento computacional tiene que ver con una visión de la realidad que es analítica, sintética y tiene una conciencia de la interrelación del ser humano y la tecnología. Tiene que ver con la capacidad de acceder a información, analizarla, diferenciar la información sólida de la que no lo es.