Cristianismo y nuevo proyecto económico
La hillaryzación
de Trump en Siria
Venezuela
Valores entendidos
Madrileños definen renovación urbana
Vivir soñando
Sieranevada
Cuando Hollywood fue a la guerra
Otras lecturas de una temporada no tan grande
Continúa la hispanopatía
as medidas que algunas instituciones internacionales, presuntamente ocupadas de fomentar el desarrollo, recomiendan en sus documentos, a veces sorprenden por su simpleza. De un organismo dedicado a hacer análisis elaborados y profundos cabría esperar pautas de acción originales, orientaciones inéditas, y no conclusiones tan básicas como que la mejor vía para eludir la desnutrición es comer bien o que para fomentar la buena salud no hay como evitar las enfermedades.
Populismo es pretender defender los intereses del pueblo
l leer un discurso sustituir mentalmente el término populista por el de nacionalista.
os dicen que vamos
a negociar con Estados Unidos, pero todos separados, país por país. Eso me recuerda que, cuando nos capturaban como presos políticos por grupos, nos aislaban y nos interrogaban a cada quien. Tal vez hagan algo similar con otros presos, pero lo que me consta es lo que estoy diciendo.
uando cambian las relaciones jurídicas sin que cambien las relaciones sociales de producción y el Estado pasa a ser propietario de todo, los obreros siguen siendo asalariados y están subordinados a los administradores que deciden como si fuesen patrones, estamos en presencia de un capitalismo de Estado, según la calificación que dio Lenin a la Prusia en guerra en 1870 y a la Unión Soviética mientras él vivió.
ste lunes 10 de abril, mi querido e inolvidable amigo y camarada Fito, Adolfo Sánchez Rebolledo, habría cumplido 75 años, y mi fugaz autoridad cronológica habría terminado. Hubiéramos tenido que encarar al tu por tu nuestras particulares angustias y, en especial, nuestra desazón ante el triste panorama de la república y, en especial, el de esa izquierda mexicana que poco tiene que ver ya con la que Fito vivió y sobre la cual nos legó espléndidas crónicas y reflexiones recogidas en su enorme libro-testimonio.
l pasado viernes el ministro brasileño de Hacienda, Henrique Meirelles, anunció, con su habitual aire circunspecto, que se revisó el déficit fiscal proyectado para 2018: en lugar de 79 mil millones de reales (25 mil 450 millones de dólares), ahora se prevén 129 mil millones de reales (algo así como 41 mil 600 millones de dólares).
isculpen el baile de números. Son 25 elecciones presidenciales en los pasados 15 años en siete países (Venezuela, Bolivia, Uruguay, Nicaragua, Argentina, Brasil y Ecuador), y sólo una vez, una única vez, la oposición neoliberal ganó en las urnas. Una de 25; 4 por ciento es el porcentaje alcanzado por la restauración conservadora cuando se trata de elegir en las urnas al nuevo presidente en un país gobernado por un proyecto progresista. Lo logró Mauricio Macri en Argentina en 2015. La única excepción que confirma la regla. Lo de Brasil no cuenta, porque fue mediante un golpe de Estado parlamentario. Y en el resto de ocasiones, Capriles, Doria Medina, Aécio Neves, Lacalle Pou –y así un listado interminable de nombres– no lograron obtener los votos suficientes para ser electos presidentes. El más reciente de esta serie ha sido el Guillermo Lasso, en Ecuador, nuevo capítulo en esta larga lista de derrotados. De hecho, este banquero ya sabía lo que era perder contra la revolución ciudadana (en 2013).
omo ya es costumbre, las disyuntivas que presentan los países que avalan el bombardeo de Estados Unidos en Siria se fundamentan en un hecho controvertido. Nadie puede asegurar que el ataque con gas sarín fuera una verdad irrefutable, de allí que los medios de comunicación se curen en salud y antepongan la coletilla presunto
ataque con gas sarín. El resto ya lo conocemos. La fuerza aérea del régimen de Bashar Assad bombardeó la población de Jan Sheijun.
n esta temporada, el paisaje citadino se llena de primorosos manchones azul violáceos. Son las jacarandas que florean en marzo y abril, y que al igual que otros árboles que no son nativos de México, como el pirul, se han ganado lo que podríamos considerar un certificado de nacionalidad.
hronicles: Volume One, de Bob Dylan, puede no ser ni siquiera el volumen uno y a la fecha único de su autobiografía pero se le acerca. Hallazgo y regalo de mi pareja, he tenido conmigo este libro desde su primera publicación, en 2004, pero no lo había leído hasta ahora, 12 años después. Si me tardé tanto en leerlo fue por temor a decepcionarme. ¿Con quién me iba a encontrar? Como si la imagen que sus canciones y sus actitudes me han dado de él a partir de que empezó a cantar, el trovador descontento con el estado del mundo dispuesto a denunciarlo y hacerse oír, fuera a desmoronárseme apenas me enterara de su propia versión de sí mismo, así como de su perspectiva de la realidad. ¡A qué escisiones puede uno llegar! Confieso que entre la impresión personal que tuve siempre de Dylan y la que se me enfocó al leer su vida según él mismo, se interponía la distorsión que provoca el temor a equivocarse, o la total falta de confianza en mis apreciaciones y conclusiones individuales.