Trump ataca al NY Times y lo salva de la crisis
El PRI bloqueó bajar presupuesto a la partidocracia
El pulpo inmobiliario también vota
Trump y Peña: gobiernos fallidos
En EU, críticas del NYT y Bannon
En México, preparativos 2018
Jalisco: Alfaro y Padilla
Márquez
Cuál es el límite
TLCAN: primera ronda, ¿y?
Automotriz: ganancia ajena
Partidos = democracia fallida
México-Estados Unidos. Tiempo de definiciones (2/2)
Jefe de inspección de Tijuana, con un pie fuera
A casi un tercio de la temporada, los equipos siguen comprando foráneos
a llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos expuso de manera dramática una tendencia de la vida política de ese país que ha crecido durante el pasado medio siglo y hoy constituye el fenómeno más importante y más preocupante al que se enfrentan los ciudadanos de la autodenominada mayor democracia del mundo: la toma del poder por la ultraderecha y el retroceso de todos los valores cívicos.
Escenario preocupante en la península de Corea
s honda la preocupación sobre un escenario catastrófico
en la península de Corea que puede sobrevenir a partir del 21 de agosto. El presidente de Corea del Sur acaba de pronunciarse contra una guerra en la península coreana. A pesar de ello, junto con las fuerzas armadas de Estados Unidos, con miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y otros países, entre ellos Australia, Nueva Zelanda, Colombia, actuando bajo inercias –e intereses– potencialmente catastróficos, están por iniciar Ulchi-Freedom-Guardian (UFG), una compleja, costosa y riesgosa operación militar planteada por el Pentágono con duración de 10 días y una movilización de 20 mil 500 soldados en la península, tratándose de una simulada defensa de Corea del Sur
para aumentar el estado de alerta ante una invasión de Corea del Norte.
no de los más graves errores cometidos por el gobierno federal ha sido abandonar la política de comunicar al país por ferrocarril. Es un medio de transporte que contamina menos, se desplaza a gran velocidad y permite mover a miles de pasajeros, además de los artículos que produce la industria para el consumo interno y externo. El mismo error lo ha cometido la megaurbe que concentra la población de la capital del país y la de los estados de México, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Morelos. O en las zonas metropolitanas de Monterrey y Guadalajara. Agreguemos el corredor turístico más importante de América Latina: los 120 kilómetros que van de Cancún a Puerto Morelos, Playa del Carmen y Tulum.
l firmar el gobierno de Carlos Salinas el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá se cometieron errores y se aceptaron con demasiada facilidad imposiciones que pusieron en entredicho, desde entonces, la plenitud de la soberanía nacional. Las fuerzas políticas olvidaron con mucha facilidad sus principios, sus ideologías y su propia historia.
n lo que yo llamo el mundo pan-europeo (América del Norte, Europa occidental, oriental, del sur, y Australasia) la opción electoral básica durante más o menos el siglo anterior ha sido escoger entre dos partidos centristas: centro-izquierda vs centro-derecha. Pero ha habido otros partidos más hacia la izquierda y más hacia la derecha pero han sido esencialmente marginales.
al vez no lo queríamos ver en su real dimensión, pero allí estaba y allí está. No el grueso, pero sí una cantidad muy importante del pueblo estadunidense. Los recientes acontecimientos en Charlottesville, sobre todo, y en Boston, apenas unos días después, nos confirman que en el corazón de los Estados Unidos siguen instalados los rencores e incluso los sentimientos de odio incontrolados que son propios del racismo y la discriminación. E inclusive, explícitamente, de una mentalidad o formación profunda nazi que se anidaría en buena parte del pueblo estadunidense. Y lo peor: que esos sentimientos son capaces de surgir a la menor provocación.
tra vez en Barcelona. La ubicuidad del mal. La gente se pregunta, de nuevo, cuánta maldad puede haber. Y con mucha incertidumbre piensa si la situación puede mejorar aunque sea un poco.
n el presente las posibilidades se expanden hasta el delirio (volamos, transferimos, exploramos, calculamos, transformamos, destruimos, fisionamos, comunicamos al infinito) y para qué si nuestra esperanza de duración planetaria se disipa aceleradamente. Las señales inequívocas de que vamos por un camino equivocado y suicida no detienen la maquinaria del poder que decide lo que le pase al mundo. La dictadura planetaria decretó nuestra destrucción (y la suya, aunque en su arrogancia lo niegue), cumpliendo las previsiones distópicas de Aldous Huxley, Ray Bradbury y Philip K. Dick. En su sistema-mundo, como dirían los braudelianos, la población es domeñada y vigilada bajo la convicción de que no hay alternativa: o te aclimatas o te aclichingas. Constituimos masas entretenibles, espantables, borrachas de consumo, mareadas por sustancias o por la sinrazón progresiva de nuestros kafkianos días.