A pesar de que en las reformas al Código Penal y distintas legislaciones relacionadas con el sector de justicia en el país se han eliminado muchas leyes que reproducían una perspectiva opresiva y burda hacia las mujeres, persisten varias normas de este tipo, apunta un documento elaborado por una especialista de la Procuraduría General de la República (PGR).

El estudio El derecho penal y la procuración de justicia desde la perspectiva de género señala que las leyes se han creado bajo una perspectiva de género desde el punto de vista masculino, en el que prevalecen conceptos como mujer de mala fama, vigentes en el Código Penal.

El análisis, elaborado por la investigadora Lucía Núñez Rebolledo, especialista en temas de género, señala que las leyes crean y reproducen una ideología que puede contener elementos de una diferenciación entre mujeres y hombres sobre sus relaciones de poder.

Una de las diferencias más notorias se presenta en la forma en que se legisla el aborto. Explica que, como los hombres no pueden hacerlo, el delito está construido considerando peligrosas a las mujeres.

Toda la que decide interrumpir su embarazo es construida por la ley como delincuente peligrosa que debe ser sancionada(...) En efecto, el poder de abortar sólo pueden tenerlo ellas, pero la ideología de género no termina en este concepto, sino que continúa; se profundiza. Así, más allá de ser mujer, algunas deben ser más castigadas que otras, señala el documento publicado por la procuraduría.

Subraya que en los códigos mexicanos vigentes, incluido el federal, persiste textualmente la norma para imponer una pena de cárcel, cinco veces mayor, a la mujer que esté casada, que no haya ocultado su embarazo y tenga mala fama.

En cambio, una soltera sin mala fama tendría menor sanción, pero con la condicionante de haber ocultado su gestación. Con ello se busca castigar, al mismo tiempo, el acto y la situación en que se encuentra su autora, como si se tratara de un agravante profundamente vinculado con su condición de ser mujer.

Otro de los conceptos vigentes en las leyes es el cuidado del honor familiar como un papel importante, el cual sólo puede ser puesto en riesgo por la mujer debido a su capacidad reproductora. El deber del hombre es resguardarlo porque es justamente el honor masculino lo que se pone en juego, de tal forma que el cuerpo de las mujeres debe ser normado y vigilado.

El texto señala que las mujeres aparecen en el discurso del derecho penal y civil como débiles, confundidas, inoperantes, necesitadas y requeridas de la protección de un hombre, ya sea padre o esposo.