Luiz Inacio Lula da Silva (al centro) salió caminando de la sede del Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, donde permaneció desde el jueves, cuando se conoció la orden del juez Sérgio Moro de encarcelarlo. Miles de simpatizantes rodearon el edificio desde entonces para impedir que agentes entraran a detener al ex gobernante. En Curitiba, donde fue llevado a prisión, la policía reprimió con gases lacrimógenos a quienes se congregaron para darle su apoyo Foto cortesía de Francisco Proner Ramos
En 13 meses se tomaron datos a más de 30 mil centroamericanos
Huellas dactilares, iris, tatuajes y cicatrices, entre indicadores recabados
La información permite a EU identificar a criminales o terroristas: WP
Debe el Senado exigir detalles a Gobernación y SRE, advierten legisladores
F. Martínez, A. Becerril, G. Saldierna y J. Hernández
Antes de presentarse ante la policía, el ex mandatario habló a miles de seguidores
Cada uno de ustedes se transformará en un Lula
Mi crimen es ayudar a los pobres, que vayan a la universidad y se alimenten
Creo en la justicia, si no, habría propuesto una revolución, no un partido
Autoridades lo llevaron a una cárcel de Curitiba y lo aislaron de los otros reos
No vale la pena parar mi sueño; cuando deje de soñar, soñaré a través de ustedes
Este era el objetivo final del golpe contra Rousseff en 2016, señaló
Integrantes de la caravana marchan en la capital; exigen a Trump no usarlos de bandera
Contraportada
Lo quisimos mucho. No hablo sólo de nuestros internos y de los profesores, sino de los visitantes que tuvieron oportunidad de acercársele. En el primer momento, por sus dimensiones y su actitud hosca, Roberto parecía un ser distante y agresivo, pero después conquistaba los afectos con su extraña forma de manifestar ternura.
Cuando llevábamos a los niños de
día de campo, a un museo o a un concierto, Héctor, el conserje, lo sacaba de su necesario enclaustramiento y le permitía acompañarlo por el jardín mientras él podaba los arbustos y recogía las hojas muertas. Es justo decir que Roberto jamás hizo mal uso de su libertad. En ese sentido, su conducta era mucho mejor que la de los niños que,
Pobladores de San Simón Yehualtepec detuvieron a cinco individuos, a quienes acusaron de intentar robarse un tractocamión, por lo que empezaron a golpearlos. Otra versión indica que los llevaron a la comandancia municipal, de donde fueron sacados por la turba que desarmó y golpeó también a los policías que intentaron defenderlos. Tras tundirlos, determinaron prender fuego a cuatro de ellos. El quinto fue rescatado aún con vida por agentes, pero murió mientras era trasladado al hospital. No hubo detenidos por los hechos Foto La Jornada
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