Académicos, funcionarios, arquitectos y promotores culturales se reunieron ayer en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes con la finalidad de conmemorar el Día Internacional de los Monumentos y Sitios.

Las reflexiones que marcaron ese foro fueron: ¿cuáles son los retos y dificultades para agilizar la restauración de los templos e inmuebles históricos dañados por los sismos del pasado septiembre?, ¿cuál es la relación entre el patrimonio cultural y las nuevas generaciones? y ¿cómo fomentar el interés por la herencia cultural desde temprana edad?

El debate fue presidido por Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México; Jesús González Schmal, autoridad del Centro Histórico de la capital, y Graciela Mota Botello, presidenta del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos (Icomos) capítulo mexicano.

Hoy y siempre es un buen momento para reflexionar sobre el patrimonio cultural mexicano, indicó Dolores Martínez, en representación de Lidia Camacho, titular del INBA.

Si algo puedo añadir es una frase del arquitecto y escultor Fernando González Gortázar: toda obra y todo arte es humano. El hombre crea y se recrea en el arte. El arte no necesita servir para nada más y con esto le basta para ser eterno.

Celebrar implica comprender; no se trata de una diversión

Graciela Mota sostuvo que debe entablarse un diálogo con la sociedad, pues el compromiso es incorporar a la juventud a colaborar en la conservación del patrimonio cultural, cuyo objetivo es la identidad y el conocimiento.

Celebrar implica comprender, no sólo es celebrar como si fuera un homenaje de diversión.

Mota rememoró que en 1982, en un simposio efectuado en Túnez, el comité del Icomos de ese país consideró que debía crearse un día para celebrar a escala mundial temas puntuales, sujetos, lugares; proyecto que fue aceptado años después.

Sin embargo, en 2001 se decidió que cada año se celebraría esta especie de provocación, de temas novedosos y no tradicionales que permitieran una reflexión profunda en lo que sería una aventura de las más interesantes: el enriquecimiento de la noción de patrimonio cultural.

“El concepto se ha iluminado, se ha completado, hasta dejar de ser sólo una definición, un monumento, un sitio, un inmueble, que más allá de eso, se construye en el espíritu de un lugar.

El patrimonio cultural en este momento es uno de los puntales estratégicos interdisciplinarios más importantes para el ordenamiento y transformación colectiva de los barrios, de las ciudades, del desarrollo rural, que recupera y transforma la construcción de un futuro común.

La conmemoración por el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, en el máximo recinto cultural del país, incluyó dos mesas de diálogo: Patrimonio cultural: retos y oportunidades y Culturas digitales y memoria histórica.

En el primer apartado se abordó la importante participación de los jóvenes (las nuevas generaciones) en la conservación de su entorno, particularmente del patrimonio cultural, así como las acciones más eficaces para restaurar, preservar y gestionar los bienes dañados por los sismos del 7 y 19 de septiembre del año pasado.

La segunda parte del itinerario incluyó la trayectoria del arquitecto mexicano Javier Villalobos, quien donó su acervo fotográfico a Icomos México, con la finalidad de que las imágenes sean incluidas en una plataforma digital.