El Comité contra las Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas pidió al Estado mexicano adoptar medidas cautelares para proteger a la activista de derechos humanos Araceli Salcedo Jiménez, coordinadora del Colectivo de Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, y al periodista y catedrático universitario Oliver Coronado Paz, quienes han sido víctimas de amenazas por parte de agentes policiacos.

La asociación de litigio estratégico en derechos humanos Idheas recordó que el comité ya ha manifestado su preocupación por la integridad de ambas personas, luego de que la semana pasada un grupo de elementos de la policía municipal de Orizaba –incluyendo a su titular, Juan Ramón Herebia– detuvo arbitrariamente, intimidó y torturó sicológicamente a Coronado.

En entrevista con La Jornada, el profesor universitario detalló que el pasado 3 de julio, mientras esperaba el transporte público, tomó una serie de fotos de la ciudad para tener material de respaldo en caso de necesitarlo para su trabajo periodístico.

Pocos minutos después, llegó un agente de la policía municipal para preguntarle por qué había tomado esas imágenes y a qué se dedicaba. Después de explicarle que era el responsable de la página web Portal 7 y mostrarle su identificación, el periodista tomó el autobús que esperaba y se fue del lugar.

Sin embargo, el 5 de julio, al estar parado en el mismo sitio para esperar su transporte –como hace todos los días para ir a su trabajo--, Coronado fue abordado por tres elementos policiacos, quienes de manera intimidatoria volvieron a cuestionarlo sobre sus razones para estar ahí y lo llevaron ante el jefe de la corporación, Juan Ramón Herebia Hernández.

De acuerdo con el comunicador, el funcionario empezó a interrogarlo de forma amenazante sobre los motivos por los cuales le había tomado fotografías a un gimnasio de su propiedad, y le pidió que identificara las imágenes de tres mujeres, a quienes señaló como presuntas secuestradoras.

De igual forma, le impidió dar explicaciones sobre sus actividades profesionales, le prohibió que contestara su teléfono celular y amenazó con sacarle las tripas y hacer que apareciera muerto en un lote baldío. Luego de varios minutos de interrogatorio e intimidaciones, Herebia dejó ir a Coronado, no sin antes copiar los archivos de su celular y advertirle que lo estaría vigilando.

Estoy profundamente agradecido con Araceli Salcedo y las mamás del colectivo porque su intervención fue fundamental. Temo por mi integridad y por mi vida, pero tomé la decisión de denunciar, porque no hice nada malo y porque esto mismo le puede pasar a cualquiera, afirmó el académico.