La administración federal confirmó ayer que el presidente Donald Trump propuso al Congreso de Estados Unidos asistencia al gobierno mexicano por un monto de 20 millones de dólares, para la repatriación de al menos 17 mil inmigrantes centroamericanos.

Por conducto de las Secretarías de Gobernación y Relaciones Exteriores aclaró que continúa evaluando dicha propuesta conforme al marco legal aplicable y en función de las prioridades de su política migratoria. También negó que haya aceptado de manera verbal o escrita dicha propuesta, o que haya firmado documento alguno en relación con ese tema.

El periodico The New York Times informó que Estados Unidso planea destinar a México 20 millones de dólares para cubrir el costo de boletos de avión y autobuses utilizados para deportar a los centroamericanos que se encuentran en territorio mexicano.

Amnistía Internacional advirtió que un acuerdo de ese tipo sería un trato arriesgado que no debe permitirse. Érika Guevara Rosas, directora del organismo para el continente americano, dijo que es completamente inadmisible que un país con los recursos que tiene Estados Unidos transfiera sus obligaciones internacionales para proteger vidas humanas y cre un muro de inhumanidad junto con México.

Agregó que en lugar de enfocarse en una cooperación internacional que atienda la crisis de derechos humanos en la región, México y Estados Unidos continúan discutiendo maneras de aumentar las detenciones y deportaciones de familias y personas que huyen de países azotados por la violencia, como El Salvador, Nicaragua, Venezuela y Honduras, sin mencionar a personas refugiadas de otras naciones del mundo.

Exhortó al gobierno mexicano a honrar su tradición como país de migrantes y rechazar la doble moral hacia las personas que viajan por su territorio.

El diario neoyorkino destacó que los recursos que se entregarían a México se tomarían de los fondos de asistencia para el extranjero. La intención es ayudar a detener la migración indocumentada hacia Estados Unidos, subraya.

El dinero ayudará a aumentar las deportaciones de centroamericanos, muchos de los cuales pasan por México para llegar a la frontera, así como a deportar a indocumentados sospechosos de terrorismo, un número menor, indicó.

El plan fue confirmado por Katie Waldman, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, quien dijo que el programa estaba destinado a ayudar a aliviar los flujos de inmigración en la frontera común de los dos países.

Estamos trabajando estrechamente con nuestras contrapartes mexicanas para enfrentar directamente el aumento de las aprehensiones fronterizas, específicamente un aumento de 38 por ciento en las familias sólo este mes, precisó.

Dijo que el objetivo es garantizar que las personas con peticiones legítimas de asilo tengan acceso a las protecciones adecuadas.