Martes 26 de marzo de 2019, p. 15
Un registro mundial de activos financieros permitiría medir y comprender la desigualdad de la riqueza, tener una base para considerar cuáles son los impuestos apropiados para reducir estas brechas y generar un registro contra el financiamiento ilícito y el combate a la corrupción, expone la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (Icrict) en un documento.
Recuerda que 7.6 billones de dólares que equivalen a 10 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial se encuentran ocultos en paraísos fiscales mediante depósitos, acciones, bonos y fondos de inversión. La estimación es conservadora, de acuerdo con la investigación de Gabriel Zucman, integrante del Icrict, pues en algunos países de América Latina y en Rusia se estima que supera 60 por ciento del la riqueza generada en cada país.
“Además de ayudar a las multinacionales a eludir los impuestos, los centros offshore permiten que una serie de individuos ultraricos oculten sus riquezas (…) Un registro mundial de activos financieros asestaría el golpe final al secreto financiero y sería el arma más eficaz para crear transparencia financiera mundial”, comentó al respecto Gabriel Zucman.
También se estima que casi la mitad, 45 por ciento, de los beneficios de las multinacionales se trasladan artificialmente a paraísos fiscales. En el caso de las trasnacionales con origen en Estados Unidos, esta proporción alcanza hasta 63 por ciento de los beneficios extranjeros que terminan en paraísos fiscales.
La riqueza offshore está extremadamente concentrada, apunta la Icrict, las familias más ricas del mundo representan 0.01 por ciento de la población mundial y poseen 50 por ciento de toda la riqueza oculta con fines de evasión fiscal.
El número de las personas más ricas del mundo ha seguido creciendo desde 2008 a un ritmo mucho más rápido que el tamaño de la economía, en parte porque pagan menos impuestos que los otros. Seguimos viviendo con la ilusión de que resolveremos el problema de forma voluntaria, pidiendo educadamente a los paraísos fiscales que dejen de comportarse mal. Es urgente acelerar el proceso y aplicar sanciones comerciales y financieras severas contra los países que no cumplan con normas estrictas
, consideró Thomas Piketty, del Icrict.
De acuerdo con el grupo, este dinero que se evade deja de ir a infraestructura, salud, entre otro servicios públicos, mientras las medidas promovidas desde organismos internacionales –como la erosión de la base imponible y al traslado de beneficios (BEPS)– no han resuelto el problema.
Por ello, proponen que el registro mundial de activos financieros asegure que la información de patrimonio se refiera al propietario final de los activos y no a sus propietarios legales (por ejemplo, una compañía, un representante o un testaferro). Una fase piloto, consideran, podría ser en los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que son los principales centros financieros y tienen la capacidad financiera y tecnológica, y gran parte de la riqueza del mundo ya está allí
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