El hecho de que el gobierno de México aún no haya autorizado una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al país para verificar la situación de los migrantes en las fronteras norte y sur es una muestra preocupante de que las autoridades buscan ocultar las violaciones de derechos humanos que genera la actual política migratoria, supeditada a la voluntad de Donald Trump, señalaron integrantes de organizaciones civiles.

Enrique Vidal, del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, consideró que la administración de Andrés Manuel López Obrador está dándole continuidad a las mismas políticas migratorias de sus antecesores, en las cuales se rechazaba o obstaculizaba la supervisión internacional para ocultar los abusos que ocurren en el país.

Identifican estas visitas como una vigilancia respecto a cuestiones que saben de antemano que no cumplen, en vez de verlas como una oportunidad de colaboración y apertura. En estos meses del nuevo gobierno hemos intentado generar un diálogo con las autoridades y ha sido decepcionante encontrar una respuesta de cerrazón y soberbia, lamentó.

Para Vidal, la falta de autorización de la cancillería mexicana a la visita de la CIDH es una prueba más de que la política migratoria del país está supeditada a lo que indique el gobierno de Donald Trump, y que el discurso de López Obrador sobre la migración se ha roto completamente desde la época en que era candidato a la actualidad, ya como Presidente.

Por su parte, el sacerdote Pedro Pantoja, director de Belén Posada del Migrante, coincidió en que darle largas a la petición de visita de la CIDH es una acción injustificable, sobre todo a la luz de la grave situación que enfrentan los trabajadores internacionales sin documentos y quienes los defienden.

Deberíamos tener las puertas abiertas (a la supervisión internacional). Si el Estado mexicano no lo hace con estas misiones, estaríamos ante una situación muy vergonzosa. Cuando se habla de derechos humanos, siempre son pertinentes estas visitas y más en una situación donde las casas del migrante estamos tan agobiadas, alertó.

El religioso afirmó que la utilización de la Guardia Nacional y otros cuerpos de seguridad para cerrarle el paso a los migrantes indocumentados es un acto relacionado directamente con la orden del gobierno de Estados Unidos de cerrar las fronteras norte y sur, lo cual significa un retroceso en materia protección y seguridad humana.