Domingo 6 de octubre de 2019, p. 11
América Latina ha experimentado la creciente feminización del flujo migratorio; sin embargo, persiste la tendencia a invisibilizar a las mujeres como sujetos activos en los procesos de movilidad humana, de acuerdo con la Conferencia Regional sobre Migración (CRM) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En el texto Lineamientos para la atención y protección de mujeres en contexto de migración
, la conferencia –integrada por 11 países, entre ellos México– y el brazo de la Organización de las Naciones Unidas advierten que alrededor de 250 millones de personas han cruzado las fronteras internacionales, de las cuales en esta región 52 por ciento son niñas, adolescentes y mujeres.
Cada día ellas se ven presionadas para dejar sus hogares y en algunos casos a migrar en busca de mejores condiciones. Los motivos son diversos y van desde las condiciones estructurales de los países de origen, características demográficas, oferta laboral insuficiente, desigualdad económica, reunificación familiar, delincuencia organizada y social, desastres naturales, cambio climático, violencia y discriminación basada en el género o una respuesta a la necesidad de subsistencia.
Se perpetúa la subordinación femenina
La migración se sustenta en prejuicios, normas y prácticas que perpetúan la subordinación femenina y la discriminación en todos los ámbitos de la sociedad, generando desigualdad. En este contexto, las políticas migratorias tienden a ignorar los impactos de la brecha de desigualdad de género, eludiendo situaciones de vulnerabilidad que afectan a muchas mujeres en situación de movilidad.
Lo anterior implica que se vean limitadas en su reconocimiento como actoras sociales y agentes de su propio desarrollo, el de sus familias y comunidades.
Ante este panorama –señala el documento– se necesitan intervenciones que reconozcan las relaciones de género y el efecto directo en quienes migran, en las causas que las llevan a dejar sus lugares de origen, los medios que utilizan para hacerlo y las condiciones que encuentran en el tránsito, en el lugar de destino o al retorno, sin olvidar que la atención y protección de las migrantes es el desafío que requiere respuesta.