Barcelona. El Barcelona y el Real Madrid no pasaron del empate 0-0 ayer en el clásico de la Liga de España, marcado por los incidentes violentos protagonizados por independentistas catalanes.

El miedo a la movilización convocada por la misteriosa plataforma Tsunami Democràtic llevó a la aplicación de un fuerte dispositivo de seguridad, que se enfrentó a radicales violentos fuera del estadio durante el partido.

En el entretiempo del encuentro, manifestantes se enfrentaron a la policía levantando barricadas con contenedores incendiados y tirando objetos a los agentes, que dispararon proyectiles de foam (espuma viscoelástica), mientras en el interior del estadio se pedía al público evitar, a la salida, el lugar de los enfrentamientos.

Las asistencias médicas tuvieron que atender a 46 personas, de las cuales, ocho fueron trasladadas a hospitales, informaron los servicios de emergencias, mientras otras nueve fueron detenidas.

Antes de estos incidentes, originados tras una pelea entre manifestantes y radicales del Barcelona, miles de personas habían cortado el tráfico a las puertas del Camp Nou, sin mayores problemas.

La protesta tuvo una continuación dentro del estadio con la exhibición de pancartas con el lema “Spain, sit and talk (España, siéntate y habla)”, para pedir diálogo al gobierno central.

Los letreros volvieron en algunas ocasiones durante el partido, tras el cual, el equipo azulgrana sigue en la cima del campeonato español, empatado a 36 puntos con el Real Madrid.

El encuentro empezó nervioso con los dos equipos presionando en busca del error del contrario, pero pronto dominaron los merengues.

Los blancos se hicieron con el centro del campo, donde el joven Federico Valverde se desvivía por ayudar en ataque y defensa. Al cuarto de hora, Casemiro remató de cabeza un balón en el área, que sacó sobre la línea Gerard Piqué.

El Barça empezó a reaccionar liderado por su capitán Lionel Messi, que antes de la media hora tuvo su gran ocasión. Al minuto 26, el argentino cazó un mal rechace de Thibaut Courtois, pero su disparo a gol lo sacó cayéndose Sergio Ramos, quien se convirtió en el jugador que más veces ha disputado el clásico, con 43 encuentros entre los dos grandes del futbol español.

El Barça se había sacudido el dominio blanco, pero antes del descanso, al 43, Valverde congeló al Camp Nou con un disparo raso que bloqueó Ter Stegen.

Tras la pausa, el partido continuó con la misma tónica, con los dos equipos presionando la salida.

Buscando más poder en el centro del campo, Arturo Vidal entró por Sergi Roberto al 55, momento en que empezaron a caer pelotas amarillas en la cancha, parando durante un minuto el partido mientras los operarios las retiraban.

En medio de un juego trabado, ninguno de los dos equipos fue capaz de perforar el arco contrario, por lo que el partido terminado empatado sin goles.