i el fin de año conlleva la aspiración de mejorar en el siguiente ciclo, los enigmas de la transición pueden ser resueltos con las máximas populares o literarias.
Si Guía para desconcertados
de Esther Charabati (Edit. Adarve) plantea las preguntas reiteradas sobre la vida en todas las latitudes y tiempos, el Diccionario de citas
de Gerardo Mendive (Edit. Lectorum) da algunas respuestas, muchas inobjetables.
Ante el asombro de la literatura y la femineidad encapsulada en Anaïs Nin o Simone, Borges contestaría: “tenía entendido que sólo había buena y mala literatura. Eso de ‘literatura comprometida’ me suena lo mismo que ‘equitación protestante’”.
Ante la envidia de lo cercano, lo familiar que despiertan nuestros demonios y nos vuelven odiosos
, Octavio Paz diría: mato de hambre al amor, para que devore lo que encuentre
.
Ante el decembrino deseo de integración familiar, el análisis de Charabati abruma: La publicidad, ciertos padres y una sociedad que estimula el narcisismo nos han inculcado que merecemos todo, no sólo las cualidades, sino también la respuesta de los demás ante ellas: amistad, amor deseo y un trato especial
. A lo que Álvaro Mutis podría decir: Que te acoja la muerte/ con todos tus sueños intactos
Inevitable Monsiváis: ¿Quién es uno para juzgar? Bastante sufro como para quedarme sin opiniones sobre lo que veo y oigo
.
Dos eficaces libros para evidenciar que la condición humana esencial apenas se ha modificado con el paso de los siglos.