¿Qué sigue después del 9M? // Gobierno federal toma control del aeropuerto de Toluca // FMI y el virus: nadie debe morir por falta de dinero
Los 43: poderes corresponsables // AMLO, Corte y fiscalía // Senado: ¿espionaje o montaje? // Frente feminista de gabinete
UIF: por fin funciona // ¿Se acabó la fiesta
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Fijar el IVA de automóviles híbridos y eléctricos en tasas cinco y cero
James Levine y Plácido Domingo: acoso y abusos
NRMAL 2020: de lo bueno, poco // Tiempo de Mujeres: Mon Laferte, Ana Tijoux
ntre las muchas señales de que México atraviesa un punto de inflexión histórico en torno a la lucha de las mujeres por la plena igualdad de derechos y el fin de la violencia ejercida en su contra, las semanas recientes se han visto marcadas por la irrupción de una nueva forma de protesta que busca crear conciencia mediante un vigoroso ¡Ya basta!
: la convocatoria a un paro nacional bajo la etiqueta #UnDíaSinNosotras, el cual ha recibido una adhesión creciente y habrá de efectuarse el lunes 9, un día después de que se realicen las marchas y otros actos con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Despedida a Paulina Fernández Christlieb
orprende y duele profundamente la muerte de Paulina, querida compañera y amiga. Mujer intelectual brillante y no sólo comprometida, como ahora se dice, sino extremadamente consecuente y congruente, como me consta conociéndola de hace más de 30 años como académica, militante y pensadora de izquierda, simpatizante de la causa obrera que colaboró desde la fundación del Cilas y era parte de su consejo consultivo, simpatizante activa y consecuente de la causa zapatista, que compartimos muchas veces aquí y en Chiapas. Así te recordaré. Hasta siempre, querida Paulina.
fines de 2015, a una amiga le detectaron un tumor de cuidado que ameritaba cirugía. Siendo derechohabiente del IMSS, fue canalizada al Centro Médico Siglo XXI, donde un especialista le confirmó el diagnóstico y le programó una nueva cita para dos semanas más tarde. Ella estaba devastada y angustiada, su situación económica era muy mala, tenía muchas dudas sobre su condición, que parecía ser muy crítica, de modo que busqué información sobre el médico asignado, descubrí que era un hombre joven pero con un currículum impresionante y que tenía un consultorio en un centro hospitalario privado. Me animé a escribirle un mensaje. Transcribo literal, salvo nombres, lugares y padecimiento específico.
dward W. Said, el gran intelectual palestino –y quintaesencia intelectual pública− que por sí solo y de manera pionera abrió las ciencias sociales a los modos en que mundos enteros quedan encasillados en palabras y narrativas ajenas − Orientalism (1978), Culture and imperialism (1993)−, en un texto triste, escalofriante y bello −por si esta palabra aplica a una reflexión sobre el sufrimiento de todo un pueblo escrita en medio de una enfermedad terminal− hablando de la peculiar crueldad de Israel −un país poseído por la manía de castigar a los débiles
− reflejada en periódicas masacres de Gaza e interminable ocupación de Cisjordania, apuntaba que todo el lenguaje del sufrimiento y de la vida cotidiana palestina fue secuestrado o pervertido al punto de ser inútil e incluso servir como pantalla para ir infligiendo más muerte y tortura (bit.ly/3ck4pZ7).
no de los rubros constantes en el opinatorio nacional es la intranquilidad por la seguridad, lo que cada quien quiera entender por ella. Ya no es necesario describir sus manifestaciones, pero una idea sí es el común denominador: hay que clarificarla y actuar de manera diferente o complementaria.
l 1 de marzo se cumplieron 12 años de la masacre de Sucumbíos, Ecuador, en la que fueron asesinadas 25 personas y sufrieron heridas graves tres sobrevivientes. De los muertos, cuatro eran estudiantes mexicanos: Verónica Natalia Velázquez Ramírez, Soren Ulises Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado y Juan González del Castillo; mientras que, de los heridos, Lucía Andrea Morett Álvarez, también era estudiante mexicana. Los cinco jóvenes, con entrada legal a Ecuador, eran conocidos en los ámbitos políticos, y por quien escribe, por su solidaridad con el pueblo colombiano, y habían llegado el día anterior de visita al campamento guerrillero, sede del considerado principal negociador y canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el reconocido comandante Raúl Reyes, blanco principal del bombardeo y ocupación por parte del ejército y la policía de Colombia. Por las características técnicas y la información de inteligencia del ataque de Sucumbíos, particularmente el uso de bombas de precisión, el tipo de aviones, la logística detrás de las tropas colombianas, así como los alcances estratégicos de la acción en el contexto regional de esos años, es claro que Estados Unidos participó en este acto de terrorismo de Estado, crimen de guerra y lesa humanidad, que al violar la soberanía de otro país, pudo derivar en una guerra de alcances inimaginables.