Viernes 19 de junio de 2020, p. a11
París. Una falta ética, una falta de vigilancia, pero no un crimen
: la defensa del ex presidente del atletismo mundial Lamine Diack, a quien se juzga en París por corrupción ligada a los escándalos de dopaje ruso, pidió al tribunal que sea indulgente y tenga en cuenta su elevada edad (87 años). El veredicto será comunicado el 16 de septiembre.
Después de haber pedido la absolución, uno de los abogados del ex dirigente senegalés, William Bourdon, no descartó la posibilidad de que los jueces opten por lo judicialmente correcto
, según lo cual, en caso de condena, les solicitó no tomar una decisión que impida (a Lamine Diack) morir con dignidad, abrazado por los suyos, en su tierra natal
, pues desde su arresto en 2015 no tiene autorizado salir de Francia.
Su detención se produjo apenas unos meses después de haber abandonado la presidencia de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, actual World Athletics), que dirigió desde 1999 y en la que cedió el mando al británico Sebastian Coe a mediados de 2015.
El miércoles, los fiscales solicitaron una pena de cuatro años de prisión y 500 mil euros (561 mil dólares) de multa máxima contra Lamine por corrupción, lavado de dinero y abuso de confianza.
Pidieron además cinco años de prisión y la misma sanción económica contra su hijo Papa Massata Diack, poderoso ex asesor de mercadotecnia de la IAAF y ausente en este juicio, cobijado en Senegal.
La defensa rechazó totalmente su implicación en un abuso de confianza en beneficio de su hijo mediante millones de euros desviados en los contratos de patrocinio, así como con una participación en la extorsión a atletas rusos dopados, obligados a pagar para escapar a sanciones.
Otro abogado, Simon Ndiyae, apuntó también al sucesor de la IAAF, Sebastian Coe, que era vicepresidente de la instancia en el momento de los hechos.