Un mes después de que se inauguró el Acuario Michin dentro de Parque Tepeyac, la empresa Reymar Construcciones y Proyectos, contratada para el revestimiento del lugar, denunció que el empresario Rodrigo Álvarez Cordero se niega a liquidar y firmar de recibida la obra con el pretexto de que hay penalizaciones por un retraso, a pesar de que fue a consecuencia de modificaciones al proyecto que incluso significaron más de 8 millones de pesos en gastos extraordinarios que no estaban previstos en el contrato.

Sergio Loyda, directivo de la constructora, refirió que Álvarez tampoco entregó documentos como la inscripción al Sistema Integral de Registro de Obras de Construcción del IMSS ni los permisos de uso de suelo y de protección civil, porque no los tenía.

Admitió que su empresa recibió un anticipó antes de conocer el contrato por un monto mayor a 100 millones de pesos, por lo que se vieron comprometidos a firmarlo a pesar de la complejidad del proyecto, que tardaría de nueve meses a un año. y se determinó un plazo de seis meses y medio a partir de que empezaron los trabajos a finales de enero, e incluso presumía a personas a las que invitaba a la obra en que lo terminaría en un tiempo récord.

El esfuerzo fue demasiado, señaló Loyda, y aunque no con la holgura que usualmente se dan para terminar y entregar las obras a sus clientes antes del plazo programado, hubieran cumplido en tiempo, pero se hicieron demasiadas modificaciones al proyecto, como la instalación de 200 cámaras adicionales a las 150 previstas en el proyecto original y en el punto más alto llegaron a tener a 300 trabajadores que estuvieron inscritos debidamente ante el IMSS.

Dijo que tienen cuentas pendientes con una docena de proveedores tras concluir el Acuario Michin, y aunque son una empresa mediana, con amplia cartera de clientes, no quieren echar a perder la confianza para tener líneas de crédito con sus proveedores por alguien que se niega a liquidar y recibir la obra, simplemente pedimos lo que es, y consideran promover un juicio para enero.