Domingo 24 de diciembre de 2023, p. 3
Zacatecas, Zac., Miles de migrantes de Centro y Sudamérica están varados en distinto puntos a un costado de las vías férreas, desde el Bajío, pasando por Zacatecas, Durango y Coahuila, luego de que policías estatales, personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y efectivos de la Guardia Nacional los han bajado en los últimos días de los trenes de la empresa Ferromex, filial de Grupo México, de Germán Larrea.
Acusan a agentes y personal del INM de golpearlos, robarlos y extorsionarlos.
Sólo en el cruce ferroviario de la colonia San Fernando, de la capital de Zacatecas, más de 300 migrantes venezolanos, de Honduras, República Dominicana y Ecuador, están varados y sufren temperaturas congelantes por la noche y la madrugada, así como hambre y sed.
Hay familias completas y otras que han sido divididas por la violencia durante su viaje, que en el caso de los venezolanos supera un mes de travesía.
En Tapachula, Chiapas, abordaron autobuses o trenes. En puntos intermedios, al acercarse a la Ciudad de México, fueron detenidos y regresados por las autoridades a la frontera sur. En algunos casos hasta en tres o cuatro ocasiones.
Dispersos en el altiplano
Otros grupos están dispersos en la región del altiplano, de acuerdo con reportes extraoficiales de autoridades estatales e información de la propia red de migrantes que ha emergido, como ejercicio de comunicación para protegerse entre ellos, vía sus propios teléfonos celulares.
En una maniobra denunciada por los migrantes, los trabajadores de Ferromex decidieron este mes comenzar a desenganchar
las máquinas locomotoras de los furgones que llevaban con carga al norte del país, y abandonar literalmente a su suerte a las personas en tránsito que viajaban sobre La Bestia, en sitios apartados de zonas urbanas, en pleno semidesierto a cualquier hora.
La tarde del jueves 21 de diciembre desengancharon
los furgones que llevaban migrantes en el municipio de Villa de Cos, en medio de la nada. Los indocumentados con ancianos, mujeres, niños pequeños y hasta embarazadas, regresaron a pie, caminando seis horas sobre las vías, hasta la capital de Zacatecas, ya en la madrugada del viernes.