Flor Garduño y la experiencia humana
n las librerías de arte y museos de Nueva York, París y Londres, hay ahora un volumen espléndidamente editado de 264 páginas: Paths of Life. Es la versión inglesa de Senderos de vida, recapitulación de fotografías inéditas capturadas por Flor Garduño durante sus 45 años de carrera. A las que ella descubrió en su archivo personal, se agregan las más recientes, cuyos caminos coinciden de manera sorprendente.
Con prólogo de Tereza Siza, epílogo de Sandra Cisneros y textos de Graciela de Oliveira, José de Santiago Silva, Mario Botta, Guido Magnaguagno, Emma Cecilia García Krinsky y José María Espinasa Yllades, el libro permite conocer el trabajo inicial de Garduño, sus exploraciones en México y otras partes del mundo a lo largo de 185 fotografías que nos acercan a temáticas que van desde el campo y las zonas indígenas hasta la naturaleza, los objetos, los desnudos y los paisajes.
En conversación con Graeme Green, reportero inglés, editor, conservacionista y reconocido fotógrafo, Flor Garduño explica que no publicó antes muchas de las fotografías de su nuevo libro no por carecer de la calidad requerida, sino por la imposibilidad de incluirlas en sus proyectos anteriores.
Refirió que las fotografías de Paths of Life muestran de qué manera ha evolucionado su trabajo con los años, así como lo que ha aprendido, vivido y sufrido. Si bien ahora tiene mayor bagaje cultural, el hilo conductor de su trabajo sigue vinculado con su forma de ser.
Esa forma de ser refleja que vivió en una granja en las afueras de la Ciudad de México, que estudió artes visuales en la Academia de San Carlos y que laboró al lado de Manuel Álvarez Bravo, así como su trabajo en la Secretaría de Educación Pública, que le facilitó visitar las zonas rurales más remotas, brindándole la oportunidad de aprender directamente sobre la situación geográfica del país y las comunidades indígenas, sus mitos, símbolos, rituales y costumbres, muy importantes para su trabajo. Reconoce lo mucho que le sirven las investigaciones de Carl Jung sobre dichos temas.
En esas comunidades, afirma, se acostumbran a su presencia al no llegar como turista ni cazadora de imágenes, sino como quien forma parte de ellos y se interesa por su cultura ancestral.
Las fotos de Flor Garduño son una reflexión sobre la experiencia humana.