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Covarrubias se rencuentra con el público mexicano

Muestra en el Palacio de Iturbide reúne piezas de colecciones privadas

 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de abril de 2025, p. 5

El caricaturista, ilustrador, pintor, dibujante e investigador Miguel Covarrubias (1904-1957) es más conocido fuera de México que en su país natal, afirma Adriana Williams, biógrafa de El Chamaco, como se le apoda. Exposiciones como Miguel Covarrubias: Una mirada sin fronteras, organizada por Fomento Cultural Banamex, ayudan a revivir la imagen polifacética del artista ante los ojos del público.

Williams, autora de Covarrubias (1994), participó en la curaduría de la muestra junto con el antropólogo Sergio Raúl Arroyo y la historiadora del arte Anahí Luna: “Conseguimos piezas de colecciones privadas y museos. Claro, no todo lo que queríamos porque la obra de Miguel es enorme. Trabajamos juntos buscando préstamos; es muy costoso asegurar las obras. Faltaron algunas muy buenas; por ejemplo, la colección del sello editorial de Alfred A. Knopf, que le publicó dos libros. También del fotógrafo Nickolas Muray, muy amigo de El Chamaco”. Williams facilitó un óleo, varios gouaches, dibujos y fotografías.

La exhibición incluirá dos de los seis murales/mapas que, en 1939, el artista ejecutó bajo el nombre de Desfile del Pacífico, para la exposición internacional del Golden Gate en San Francisco, con el fin de ilustrar geográficamente la riqueza del territorio asiático y americano.

Plan para una biografía

Covarrubias era amigo de la madre de Williams en Nueva York. Con el paso de los años la joven Adriana entabló una amistad con Rosa Rolanda (1898-1970), primera esposa del artista, con quien hablaba de la vida de la pareja, su casa y sus distintas colecciones. A raíz de la muerte de la bailarina, fotógrafa y pintora, Williams se animó a realizar la biografía que empezó con el siguiente plan: Iba a escribir de la vida privada de Covarrubias, mientras un estadunidense del Centro Rockefeller lo haría sobre Miguel como científico, su vida intelectual. A final de cuentas no se pudo porque esa persona se fue por otro lado.

Al fallecer, Rolanda dejó todo con instrucciones al arquitecto Luis Barragán (1902-1988), con quien Williams llevó una relación de 35 años. En un primer momento la colección pasó a la Biblioteca Benjamín Franklin; sin embargo, no tenían el lugar ni la capacidad para guardarla. De allí, pasó entonces al Mexico City College, que después se convirtió en la Universidad de las Américas Puebla. Actualmente la colección está digitalizada y se puede consultar en línea.

Foto
Tehuana (hacia 1945), gouache sobre papel, de Miguel Covarrubias.Foto Blair Allen Paltridge/Colección del Museo Mexicano de San Francisco

Lo que detonó la elaboración del libro fue que su autora encontró las libretas de Covarrubias con los datos de sus amistades y colegas, por lo que pudo entrevistar a todos los personajes allí anotados, tanto en México como en Estados Unidos y Europa. Su investigación le tomó casi nueve años; no obstante, como era adulto podía tomar el tiempo de buscar información. Hasta fui a Bali dos veces. Todavía vivía el príncipe en cuya casa vivió la pareja.

En Bali, provincia de Indonesia, veían a Miguel como un hermano, una persona que entendía la vida de los balineses. Por eso, los sacerdotes le revelaron muchas cosas. Llegó a hablar chino y balinés.

De Covarrubias, a Williams le impactó el libro que escribió sobre Bali titulado Isla de Bali. En 1933, el caricaturista obtuvo una beca de la fundación Guggenbeim para regresar a Asia meridional, donde estuvo en 1930 para dibujar, pintar y realizar trabajos etnográfico en Bali. Pasó 1935 y parte de 1936 preparando el libro que incluye 114 fotografías del autor, cinco pinturas y 90 dibujos, además de otras imágenes tomadas por su esposa Rosa. Publicado en 1937, el libro fue un éxito en ventas.

También le sorprendió su libro México sur: El Istmo de Tehuantepec (1946), así como su trabajo como caricaturista, en la medida que sus trazos no atacaban, sino salía la personalidad de cada individuo. De acuerdo con Williams, fue Covarrubias, junto con Daniel de la Borbolla (1903-1990), los que cambiaron cómo vemos los museos.

Para Williams, la colección arqueológica de Covarrubias era tan relevante como la de Diego Rivera. Además, nunca se equivocó respecto de las piezas precolombinas, ya que su vista era muy refinada.

En 2002, la escritora publicó Luis Barragán: An Inner Life: Recollections que acaba de traducirse al español con el título Luis Barragán: Del tiempo pasado. Remembranzas. Ahora prepara un libro sobre el poeta Elías Nandino. Es el único que Williams ha hecho en español porque a lo largo de 10 años nos escribíamos cartas a modo de entrevista. La autora hacía preguntas y Nandino las contestaba.

Miguel Covarrubias: Una mirada sin fronteras se abrirá al público mañana en el Palacio de Cultura Citibanamex-Palacio de Iturbide Centro Histórico (Madero 17, colonia Centro, CDMX).