Recuerdan 163 años de la batalla

Martes 6 de mayo de 2025, p. 29
Con cañones de pólvora, escopetas al hombro y trajes hechos a mano, más de 10 mil personas convirtieron las calles del Peñón de los Baños en una zona de combate para representar el enfrentamiento entre soldados mexicanos y franceses en la histórica batalla del 5 de mayo de hace 163 años.
Desde 1930, habitantes de esta colonia de la alcaldía Venustiano Carranza mantienen viva la heroica defensa por la soberanía del país ante la segunda invasión del imperio francés. La conmemoración reunió a vecinos de los barrios La Ascensión, El Carmen y Los Reyes, organizados en 22 contingentes de hasta 200 personas.
Entre el rugir de los cañones que provocaron columnas de humo y gritos de entusiasmo acompañados por grupos musicales, personas de todas las edades gozaron esta festividad reconocida como Patrimonio Cultural Intangible.
Las actividades comenzaron a las 9 de la mañana, con una ceremonia cívica y un desfile de casi tres kilómetros que cerró el tránsito vehicular en la zona cercana al Aeropuerto Internacional un par de horas; al finalizar, los asistentes se reunieron en el Parque del Niño Quemado para dirigirse a la representación en la Plaza del Carmen.
Jóvenes como Adair mencionaron que les gusta la experiencia porque aprenden con dinamismo sobre historia, a pesar del peligro
.
Don Pedro Lorencez, de 73 años, participa en la representación desde que era niño; con lágrimas, expresó que la tradición es hermosa y respetable porque se transmite entre generaciones.
Janos Rodríguez, presidente de la Asociación Civil 5 de Mayo, destacó que es un legado que trasciende a muchas familias
, como el caso de Antonio Arista, que durante 29 años personificó al general Ignacio Zaragoza dejando de herencia el rol para sus hijos.
Como es costumbre, los residentes miraron cómo cada tropa rapaba a sus contrincantes; además, los espectadores lanzaron rábanos, patas de pollo y jitomates a quienes participaban, pues la gente no se enoja, aquí a todos los del Peñón nos gusta
, compartió alegre una joven que portaba traje de china poblana.
En el recorrido, familias abrieron las puertas de su casa para dar comida tradicional a vecinos y turistas; según las cocineras, se reparte mole, tripas de pollo o pato como platillo común
.
En el hogar de Édgar Arista, integrante de la asociación, recibieron a más de 150 personas con música y baile.
Entre las 17 y 19 horas los vecinos subieron al cerro Tepetzinco, su peñón, con la finalidad de tener una última confrontación este día de orgullo nacional.