Infonavit, guarida de bandidos // Putrefacción institucionalizada // Problemas
en 933 mil viviendas

l Estado mexicano creó (1972) el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores con el fin de que el sector popular tuviera acceso a crédito barato para adquirir y/o construir casas, departamentos o mejorar los ya propios, y con ello reducir sustancialmente
(así lo planteaba) el enorme déficit en ese renglón. Sin embargo, con el paso de los años se logró exactamente lo contrario, pues el Infonavit se convirtió en una cueva de ladrones en la que la muy prianista trinca infernal (funcionarios, representantes obreros
y constructoras privadas) se hinchó de dinero a costillas del presupuesto público destinado al objetivo descrito.
Lo que tal instituto ha logrado a lo largo de sus 53 años de existencia es la construcción de vivienda popular cada vez más pequeña (verdaderos huevitos
de 32 metros cuadrados, si bien va) de pésima calidad, onerosas a más no poder para los créditohabientes, a grado tal que resultan impagables, y alejadas de los centros laborales. Todo ello sólo para beneficiar a la citada trinca prianista, que se ha retorcido (¡se les acabó el negocio!) por la aprobación de la Ley del Infonavit, en febrero pasado, que busca hacer efectivo el derecho de los trabajadores a una vivienda digna y de bajo costo.
Y la podredumbre en el Infonavit parece interminable: donde se apriete, sale pus a borbollones. Desde el inicio del gobierno de la presidenta Sheinbaum, el director general del Infonavit, Octavio Romero, ha denunciado un rosario de ilícitos: fraudes, corrupción, estafas, despojo de viviendas, tráfico de influencias, directivos involucrados, triangulación de recursos, multimillonarias indemnizaciones irregulares, connivencia de los sectores empresarial y de los representantes obreros
en el consejo de administración, sueldos y prestaciones ilegales, condonación fiscal a las constructoras, contrataciones ilegales, venta de un mismo inmueble hasta en cuatro ocasiones, colusión de empleados, coyotes, notarios, despachos de abogados, integrantes del Poder Judicial, empresas, peritos valuadores y mucho más, todos coludidos para saquear a la institución en detrimento de los derechohabientes.
En diciembre pasado Romero denunció: por medio de una red de corrupción que involucra a jueces, despachos de abogados y colusión con personal de los poderes de justicia locales, se despojó de vivienda a 249 mil derechohabientes mediante juicios masivos ilegales que se llevaron a cabo sin notificación a las personas demandadas, a quienes se les promovieron juicios en entidades distintas de aquellas donde vivían. Está operación fraudulenta generó pagos ilegales por 29 mil millones de pesos a una veintena de despachos de abogados
(entre ellos Gabbsa, Beamber, ECD, Aguilar, ILS, Tormenz, Bajacoast, Escaip, Molrod, Cajiga y ocho más, todos dedicados a robar a los derechohabientes, en colusión con jueces, funcionarios y el resto de la cadena de corrupción).
Pues bien, ayer, el director del Infonavit actualizó el inventario de la corrupción en el instituto: “debido a las malas prácticas en el Infonavit en otras administraciones, el diseño principalmente de créditos impagables, la contratación de despachos con prácticas fraudulentas, ilegales, y a las viviendas que se construyeron muy lejos y sin servicios, hoy tenemos un universo de 933 mil viviendas ‘emproblemadas’ en todo el país”.
En el detalle, explicó que 131 mil de ese universo están inmersas en juicios masivos, que ya detuvimos
, pero que están en algún punto del proceso jurídico; 216 mil ya se les quitaron al derechohabiente, pero el Infonavit no puede escriturarlas porque el juicio masivo fue fraudulento; 497 mil desde hace muchísimos años no pagan los derechohabientes, mucho tiempo en cartera vencida y esto se puede deber al famoso crédito impagable o a que se asignaron esas viviendas muy retiradas; la gente, quizá, no las ocupó nunca. El problema aquí es que el derechohabiente sigue con un adeudo, aunque no viva en ese lugar; y 89 mil del Fovissste con sus respectivas problemáticas, que seguramente son las mismas
.
La investigación sigue adelante, sigue saliendo mugre, pero hasta ahora no hay un solo integrante de la trinca en la cárcel.
Las rebanadas del pastel
¿Será que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México perdió la brújula o simplemente se dejó convencer por alguien de su primer círculo?, porque ¿a cuento de qué nombró al impresentable Adrián Rubalcava Suárez (PRD-PVEM-PRI y ahora moreno
) como director del Sistema de Transporte Colectivo, Metro? Entonces, mantengan la puerta abierta, que los saltimbanquis ya se la saben.
X: @cafevega