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Milei amaga con dejar el Mercosur

Recibe Cristina Fernández la visita de Lula y vaticina: vamos a volver

En la cumbre, el brasileño rechaza negacionismo ambiental del argentino

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▲ Imagen distribuida por el Palacio del Planalto del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien se reunió con la ex mandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner en el domicilio de ésta, en Buenos Aires, donde cumple una condena de seis años de prisión domiciliaria.Foto Xinhua
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 4 de julio de 2025, p. 23

Buenos Aires., Entre los sucesos más importantes en el marco de la 66 Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur), que se celebró ayer en Buenos Aires, estuvo la visita del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner, en la casa donde cumple prisión domiciliaria la líder peronista, con quien se fundió en un fuerte y emocionante abrazo y permaneció una hora en el lugar, en un gesto indudablemente político de solidaridad, que destacó en el ambiente tenso en que transcurrió la cumbre generado por el discurso del anfitrión, el gobernante argentino Javier Milei.

Fernández de Kirchner destacó en sus redes sociales que la visita de Lula fue mucho más que un gesto personal: fue un acto político, y recordó que “Lula también fue perseguido, también le hicieron lawfare hasta meterlo preso; también intentaron callarlo. No pudieron. Volvió con el voto del pueblo brasileño y la frente en alto”, y aseveró: Nosotros también vamos a volver.

Señaló que los ojos del mundo miran al país porque atraviesa una situación de terrorismo de Estado de baja intensidad como consecuencia de la deriva autoritaria del gobierno de Milei, y destacó que “nos costó demasiado construir la democracia argentina como para permitir que ahora, paso a paso, la desmantelen. Sin embargo, esa misma democracia hoy está siendo vaciada desde dentro por un gobierno que se dice ‘libertario… pero que sólo le da libertad a los más ricos”.

El próximo mes, acuerdo con Europa

Al iniciarse la 66 reunión de los mandatarios de Mercosur y países asociados, Milei advirtió que Argentina no cumplirá las reglas que decida el bloque regional si no se apoya su programa económico y reclamó nuevamente un cambio urgente a los estatutos del mecanismo para que continúe el camino de la libertad; es decir, una amenaza encubierta –no muy sutilmente– de retirarse del proceso integrador.

Está en nuestros socios del Mercosur decidir si van a acompañar el camino que hemos elegido de la libertad y lo haremos acompañados o solos, dijo Milei, quien insistió en flexibilizar las condiciones de sociedad que nos unen, por lo que considera al Mercosur una cortina de hierro pues las barreras comerciales implementadas para proteger a los países miembros los habrían apartado del mercado global.

La barrera que levantamos para protegernos comercialmente terminó excluyéndonos, expuso, e instó a adoptar un esquema favorable a una posición liberal que implique mayor apertura.

Si bien (el Mercosur) fue creado con nobles intenciones, el norte se fue empantanando, privilegiando sólo a algunos sectores, favoreciendo una estructura elefantiásica. Se incumplió el objetivo inicial de mercado, y de común quedó cada vez menos. Agregó: Propusimos un esquema más libre en lugar de la cortina de hierro a la que hoy estamos sometidos. El mandatario no pudo lograr que en la declaración final fuera denunciado el gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Milei presentó un balance de la presidencia pro tempore de Argentina, que intentó lograr una agenda de reformas orientadas a la apertura comercial, la flexibilización arancelaria y la cooperación en seguridad regional.

Uno de los anuncios centrales fue la conclusión de las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), que se firmará en agosto en Brasilia. Además, se informó sobre avances en las negociaciones con Emiratos Árabes Unidos, la profundización del tratado con Israel y el acuerdo preferencial con India, así como el inicio de conversaciones con El Salvador, República Dominicana y Panamá.

Al final de la reunión, dijo: Si los socios del bloque prefirieran resistir, persistir en un camino que no nos ha resultado, entonces tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de sociedad que nos unen. Emprenderemos el camino de la libertad, y lo haremos solos o acompañados. Argentina no puede esperar, concluyó.

Durante esta cumbre se traspasó el mando pro tempore a Brasil, cuyo gobierno tiene fuertes diferencias con el programa de Milei. Lula afirmó que uno busca los lugares donde se siente seguro, y para Brasil ese lugar es el Mercosur. Subrayó que existe una red de acuerdos que se extendió a los estados asociados; toda América se transformó en un área de libre comercio, e insistió en que ante esta situación estar en el Mercosur nos protege. Asimismo, defendió la existencia de un arancel externo común, lo que fue compartido en los discursos por los presidentes de Bolivia, Luis Arce, y de Uruguay, Yamandú Orsi.

Lula rechazó el negacionismo ambiental, que es una política del gobierno argentino, y llamó a construir entre todos un Mercosur verde, a la vez que asumió el compromiso de lograr que el acuerdo con la Unión Europea entre en vigor bajo su mandato.

El periódico especializado Ámbito Financiero destacó que la posición del gobierno de Milei ante la cumbre fue meramente institucional. En ese entorno, el Ejecutivo no agendó ninguna reunión bilateral entre Milei y los mandatarios invitados. Estamos acá por obligación, resumió un funcionario de diálogo directo con presidente argentino.

Finalmente, hacia el final de la reunión de jefes de Estado se organizaron breves reuniones bilaterales con Yamandú Orsi, y José Raúl Mulino, de Panamá.

A las 13:30 horas ya había terminado la reunión y el centro de prensa registraba la salida de Lula del domicilio de Fernández de Kirchner, aclamado por decenas de personas que se acercaron con banderas y carteles donde se veía a los dos juntos. Al presidente de Brasil se le vio emocionado ante las muestras de apoyo de la gente, que entre otras cosas pedía la unidad de América Latina y afirmaban que él y Cristina Fernández eran indispensables para lograrlo.