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Se dividen opiniones en torno a hechos de inseguridad en la UNAM
 
Periódico La Jornada
Domingo 28 de septiembre de 2025, p. 10

La situación de inseguridad en planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la manera de afrontarla divide opiniones entre la comunidad, pues mientras padres y madres consideran viable la revisión de mochilas y la instalación de cámaras y detectores de metales, activistas advierten que dichas medidas sólo tienen un enfoque “punitivo” y no sirven para restaurar el tejido social en las escuelas.

Luego de que el rector Leonardo Lomelí mencionó el viernes la posibilidad de inspeccionar las pertenencias de los jóvenes al entrar en sus planteles, Jocelyn Olvera, integrante del Comité de Lucha de la Preparatoria 4, alertó sobre la ineficacia de dichas acciones.

“La credencialización y los torniquetes no ayudan, porque en los hechos del CCH Sur (donde el pasado lunes un joven mató a otro con un arma blanca e hirió a un trabajador, para luego intentar suicidarse) el autor fue un estudiante. Es una visión distorsionada de que quien no es parte de la comunidad es un presunto delincuente, y quien sí, es un ser de luz”, apuntó.

Para la alumna, “el problema estructural de que la UNAM sea antidemocrática impide que haya más tejido social y comunidad, y eso se mezcla con los contenidos de redes sociales que se consumen sobre todo en bachillerato”.

Aunque admitió que no toda la responsabilidad de estos hechos es de la UNAM, la activista sí consideró que en vez de medidas punitivas y restrictivas, es necesario “dejar que los estudiantes se expresen, que haya libertad de asociación y acuerdos auténticos con las autoridades, no simulados. Eso ayudaría mucho en bachillerato a detectar casos de violencia”.

En contraposición, una trabajadora de la UNAM que prefirió omitir su nombre, madre de una alumna del CCH Sur, estimó que sí es necesario recurrir a la instalación de cámaras, detectores de metal y botones de pánico, así como a la revisión de las mochilas de los jóvenes.

“Sí se puede exigir que muestren su credencial, porque en el CCH se mete todo el mundo y hay áreas donde se distribuyen drogas y se ponen a tomar”, apuntó la mujer, quien señaló que estas medidas deben combinarse con la impartición de talleres de salud mental y el acompañamiento sicológico de padres y madres con sus hijos.

Tras lamentar que en el CCH Sur las propias autoridades admitieron que apenas hay 10 vigilantes por turno para resguardar un plantel de más de 11 hectáreas, la madre de familia también urgió a capacitar al personal docente sobre violencia, género y otros temas, pues muchas veces no tienen idea de los mismos y eso impide que los alumnos se acerquen.

En la entrevista, compartió un mensaje de su hija: “Cuando entré al CCH, sabía que no todo era color de rosa, pero nunca imaginé esto. No fue un tema sólo de poca seguridad: ya escaló a un asesinato. Amo mi escuela, quiero vivir mi etapa ceceachera como soñé muchas veces antes de entrar, pero ahora honestamente tengo miedo de volver a la escuela”.