El mandatario pide a Lecornu, quien no sostuvo al gabinete más de un día, que busque un acuerdo con la oposición

Martes 7 de octubre de 2025, p. 30
París. Horas después de que su último primer ministro se vio obligado a dimitir –incapaz de formar un gabinete que durara más de un día–, el presidente francés Emmanuel Macron fue visto paseando solo junto al río Sena en una fría mañana de otoño.
Los guardaespaldas se mantenían a distancia mientras él salía por una verja de hierro forjado hacia el terraplén de piedra vestido con abrigo negro.
La escena, captada desde lejos en video y emitida por la televisión francesa, evocaba imágenes de Charles de Gaulle buscando consuelo en las llanuras barridas por el viento de Irlanda tras su dimisión a finales de los años 60: un líder replegándose sobre sí mismo a medida que su era política llegaba a su fin.
Macron es presidente hasta 2027, pero la dimisión de Sébastien Lecornu, su quinto primer ministro en dos años, aumentó las posibilidades de que el otrora chico de oro de la política francesa no llegue al final de su último mandato. Macron parecía decidido a evitar ese destino ayer, dando a Lecornu dos días para conversaciones de última hora con la oposición para tratar de trazar un camino para salir del atolladero.
Al pedir a Lecornu una última oportunidad, Macron mostró su disgusto por las únicas opciones que le quedan: nuevas elecciones parlamentarias que podrían dar el poder a la extrema derecha, o su propia dimisión, una medida que ha descartado en repetidas ocasiones.
En tanto sus opciones se reducen, el impopular Macron se ha ido quedando cada vez más aislado a escala nacional, viendo cómo sus antiguos aliados se distanciaban mientras intentaban reforzar sus propias posibilidades de sucederle en los comicios.
Casi la mitad de los franceses culpa a Macron de la crisis actual, mientras que 51 por ciento cree que su dimisión desbloquearía la situación, según un sondeo de Elabe para BFMTV .
Crisis política desde 2024
Desde que el año pasado fracasó en su apuesta de convocar unas elecciones legislativas anticipadas, que desembocaron en un Parlamento dividido entre tres bloques ideológicamente opuestos, el presidente ha intentado salir adelante con gabinetes minoritarios.
Decidido a preservar su legado económico de recortes fiscales y una revisión de las pensiones en unmomento de creciente preocupación de los inversores por el abismal déficit de Francia, Macron ha nombrado primeros ministros de una alianza ad hoc de conservadores y centristas.
Durante más de un año, estos gobiernos lucharon por aprobar medidas de reducción del déficit. Dos primeros ministros cayeron por su incapacidad para arreglar las finanzas públicas, pero la socle commun (plataforma común) perduró.
Eso cambió con la dramática rebelión de Bruno Retailleau, la figura más destacada de los conservadores, que el domingo criticó públicamente al gabinete de Lecornu horas después de su nombramiento.
Macron espera que Lecornu pueda atraer de nuevo a los conservadores a la mesa, dándole un salvavidas. Si no, podría nombrar a un primer ministro de izquierda, pero la insistencia de los socialistas en un impuesto al patrimonio y en revertir la reforma de las pensiones hace que sea difícil de vender a otros partidos.
A pesar del llamamiento de ayer a Lecornu, es poco probable que la presión sobre Macron ceda.
Marine Le Pen, líder de la ultraderechista Agrupación Nacional, pidió rápidamente la disolución del Parlamento y nuevas elecciones. Las encuestas muestran que su partido lidera las intenciones de voto.
En la extrema izquierda, Francia Insumisa también solicitó la salida de Macron, al tiempo que voces en la izquierda instan a la reactivación de una coalición compuesta por izquierdistas, socialistas, ecologistas y comunistas.
“Que deje el poder”, piden
Las peticiones de dimisión de Macron, antes confinadas a los márgenes, entran ahora en la corriente dominante.
“El interés nacional de Francia exige que Emmanuel Macron fije una fecha para su retiro, con el fin de preservar las instituciones y desbloquear una situación que ha sido inevitable desde la absurda disolución”, dijo en las redes sociales David Lisnard, alcalde de Cannes y figura conservadora en alza.
Macron ha dicho en repetidas ocasiones que tiene la intención de cumplir todo su mandato. Sin embargo, ante las escasas opciones que se le presentan, es posible que decida poner fin a su presidencia con un gesto dramático, al igual que De Gaulle, que dimitió en 1969.