Estudio revela que pagaron 37 mil mdd y recibieron 32 mil

Lunes 13 de octubre de 2025, p. 30
Los países más pobres y vulnerables al clima gastan miles de millones de dólares más para pagar sus deudas de lo que reciben en financiamiento para combatir el cambio climático, según muestra una nueva investigación.
El análisis, del grupo de expertos Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED), concluye que en 2023 –el año más reciente del que hay datos disponibles– los 59 países que representan a los de menores ingresos y a los pequeños estados insulares en desarrollo pagaron 37 mil millones de dólares para abonar a sus deudas, pero recibieron sólo 32 mil millones de dólares en financiamiento climático.
Los hallazgos reflejan un círculo vicioso en el que los países se ven obligados a endeudarse más para cubrir los costos de una crisis a la que apenas han contribuido. Esto suele ir en detrimento del presupuesto de salud o educación, y causa una mayor acumulación de deudas.
“Es terriblemente irónico que los países más vulnerables a la crisis climática hayan hecho menos para provocarla”, dijo Sejal Patel, investigador principal del IIED. “Sus abrumadoras cargas de deuda hacen que sea muy difícil afrontar fenómenos climáticos extremos cada vez más dañinos e impredecibles”.
La carga de la deuda en los países de bajos ingresos se ha disparado en los últimos años. Los países en desarrollo destinan actualmente un promedio de 15 por ciento de sus ingresos públicos al servicio de la deuda externa cada año, en comparación con tan sólo 6.6 por ciento en 2010.
En África, presión al máximo
Las presiones de la deuda se sienten particularmente en África, donde 20 países de bajos ingresos están en situación de crisis de deuda o en riesgo de estarlo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
No sólo los costos de la deuda están aumentando vertiginosamente, sino que el flujo de financiamiento climático, destinado a ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático y cubrir las pérdidas y los daños climáticos, sigue estando enormemente subfinanciado.
Según la ONU, los desastres relacionados con el clima han aumentado 83 por ciento en dos décadas, desplazando a 22 millones de personas anualmente desde 2008.
Se estima que se necesitarán billones de dólares de financiamiento cada año para cubrir las pérdidas y los daños climáticos, la adaptación climática y los esfuerzos de descarbonización en el Sur global.
Sin embargo, en la Conferencia sobre el Clima COP29 de 2024, los países ricos sólo prometieron que aportarían 300 mil millones de dólares anuales en financiamiento climático.
Los flujos de financiamiento climático hacia los países menos adelantados disminuyeron en el último año del que se dispone de datos completos. Pasaron de 22 mil 100 millones de dólares en 2022 a 15 mil 700 millones de dólares en 2023.
Entre los países que están a la vanguardia de la crisis de la deuda climática se encuentra Malawi, una nación del sur de África que en 2024 vio su deuda alcanzar 86.4 por ciento del PIB, mientras los intereses de la deuda pública se sitúan en 8.4 por ciento del PIB y 49.2 por ciento de los ingresos internos (que abarcan impuestos y otros gravámenes).
Las organizaciones no gubernamentales y otros grupos de presión están haciendo campaña por la condonación de la deuda, en particular tras los recortes de ayuda que también están devastando a los países este año.
Con la próxima conferencia climática de la ONU, COP30, a la vuelta de la esquina, y el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial preparados para celebrar sus reuniones anuales en Washington a partir de hoy y hasta el 18 de octubre, la presión aumentará aún más en las próximas semanas.