Porque hay injusticia, sigo
siendo de izquierda, dice el escritor
Me indigna que algunos seres humanosexploten a sus congéneres: Monterroso
``Más de lo que uno imagina, al país de origen se le lleva en el corazón; estar aquí es casi estar allá''
Angélica Abelleyra/ II y última Dice Augusto
Monterroso que le gustaría confeccionar ``personajes triunfantes. Es lo que
el público quiere leer''. Pero no le salen. ``De hecho los tomo fracasados
y ahí se quedan. No podría concebir un personaje que triunfe Qué
haría con él? Tacharlo y que me caiga mal''.
Entre serio y amable, con momentos de pausa cuando habla de política pero divertido cuando se coloca una máscara para comentar sobre su timidez y su humor, relata sus experiencias de exilio y escepticismo. Autor del cuento del dinosaurio, el más corto que se conoce, apenas siete palabras, y novelista de Lo demás es silencio ha sido traducido al inglés, francés, alemán, italiano, portugués, polaco, sueco, chino y latín.
La distinción que este viernes 19 le hará su país, Guatemala, al entregarle el doctorado Honoris Causa de la Universidad de San Carlos es pretexto para una charla con el autor que se autoparodia por su estatura y su abuso de los chistes contra sí mismo en las reuniones.
Una de las primeras manifestaciones de censura en el ciberespacio se ha dado con el ``material indecente'' del actor Brad Pitt. Las fotografías en donde aparecia desnudo y ``que no sabe quién metió a Internet'' ya no se pueden ver y en cambio aparece el aviso ``censurado por el gobierno''. Se advierte que las autoridades estadunidenses tienen prohibido el ingreso a la red de material ``indecente'' que puede ser accesado por menores, so pena de 2 años de cárcel y 250 mil dólares de multa.
Soy escéptico en lo global. Creo en muchas cosas: en principios sociales, políticos, culturales, pero los veo siempre con cierto grado de escepticismo en cuanto a que sea posible lograrlos. Pero es un escepticismo tan manejable que no me impide creer y aplaudir a alguien cuando emprende tareas importantes.
Pero usted no es pródigo en aplausos o sí?
Claro que sí. Pero no encuentro mucho qué aplaudir.
En Madrid comentaba que un escritor siempre está trabajando sobre dos o tres temas. Cuáles permanecen en Monterroso?
Lo que decía es que los escritores manejan dos o tres ideas generales y lo demás son variaciones sobre lo mismo. Y uno machaconamente vuelve y vuelve a lo mismo. Yo no lo había visto, pero los críticos, en muchos países, encuentran que me ocupo del tema del fracaso, que mis personajes en mis cuentos siempre están enfrentándose al fracaso. Que de hecho los tomo fracasados y ahí se quedan, no salen.
``Estoy de acuerdo, pero no me gusta la idea. Me gustarían personajes triunfantes. El público eso es lo que pide. El público no quiere identificarse con personajes muy verdaderos, muy bien estudiados, pero fracasados. No podría concebir un personaje que triunfe. Qué haría con ese personaje?
Sentir mucha envidia.
Claro, y entonces lo tacho y me cae mal. Todo eso puede venir de una gran influencia en mí de cuando empecé a escribir y que se remonta a los clásicos españoles del Siglo de Oro. Quién más fracasado que don Quijote, El Buscón de Quevedo o El Lazarillo de Tormes?. Supongo que me identifiqué con esos personajes y con Gil Blas de Santillana. En ellos los momentos de triunfo son nulos; son fracasados y tal vez de ahí me quedó la idea de que el fracaso es el gran tema de la literatura.
Continúa escribiendo sus memorias Qué importancia tienen para usted?
Ya publiqué una primera parte, Los buscadores de oro, que no me gusta llamar memorias sino simplemente recuerdos de infancia. No traté de poner ahí todo lo que recordara sino solamente aquello que me condujera a convertirme en escritor. En ese libro eludo todo lo que sean juegos, diversiones y muchas experiencias que tienen todos los niños. Esto se habría convertido en llenar páginas, y, bueno, la verdad, a mí me gusta ir a lo esencial. Traté de hacer un libro breve, con ciertos recuerdos significativos, reales, sin añadidos imaginarios. La diferencia con las memorias autobiográficas es que en éstas se tienen que documentar muchas cosas. Yo prefiero que sea apenas literatura, y que, siendo cierto todo lo que cuento no necesariamente haya que ir a buscar en archivos o en documentos de familia, de que carezco. Por eso cualquier segunda parte que intente será más complicada que ésta.
Evita así las banalidades..
No querría usar esa palabra. Hay escritores que cuentan minuciosamente banalidades y las convierten en algo importantísimo. Vamos, se podría considerar una banalidad el momento en que Proust sopeaba una magdalena en su té. Hasta ahí es una banalidad, pero si eso le hace recordar a Proust algo, deja de ser una banalidad y se convierte en algo significativo.
[Se levanta del sillón y nos muestra un pequeño pan que adquirió en una pastelería cercana a la casa de Proust en Illiers-Combray cuando visitó la casa del novelista de Por el camino de Swan. La magdalena descansa en una cajita de cristal que presume junto a los libros de su biblioteca].
A Guatemala la llevo en el corazón
Qué sensación le provoca su regreso a Guatemala?
De mucha alegría. Regreso después de más de 40 años. Desde la caída de Arbenz he sido exiliado; estuve dos años en Chile y del 56 para acá he estado en México. Me da gusto lo del doctorado Honoris Causa porque la Universidad de San Carlos es una institución que respeto mucho, y lo tomo como un valioso reconocimiento a mi trabajo.
Por qué conserva la nacionalidad guatemalteca?
Para poder obtener la Condecoración de El Aguila Azteca (que el gobierno mexicano da sólo a extranjeros). (Retoma en serio): Entre nosotros un escritor prefiere conservar su nacionalidad de origen. Nunca se me presentó la necesidad de cambiarla y aquí me dieron un gran acogimiento. Qué más? México y Guatemala están muy cerca y estar aquí casi es estar allá.
Pensé que iba a hablar de una liga sentimental o que diría algo así como que por amor a su tierra. No hay nostalgia?
Claro que hay nostalgia. Uno siempre lleva a su país aquí (señala el pecho) más de lo que uno se imagina.
Usted vivió como exiliado en Chile y ahora en México. El exilio marcó su escritura o ha evitado que se inmiscuya?
(Monterroso se incorpora nuevamente del sillón. Da vueltas por la pequeña sala). Claro que marca. Marca y demarca, pero sobre todo, forma. Esos exilios son formativos en el sentido existencial porque uno enfrenta nuevas experiencias, nuevas personas. Incluso uno enfrenta ciertas diferencias culturales entre países. Sobre todo, en mi caso, enfrenté tener que ganarme la vida trabajando. En Chile fui un exiliado pobre y eso es algo muy serio. Pero nunca he querido hablar mucho de mis experiencias como exiliado. A veces se abusa de ello. Yo asumo el exilio de otra manera. Está el exilio por razones políticas, como lo viví durante muchos años, y ahora el exilio voluntario; con el paso del tiempo todo esto se mezcla.
Se ha calificado como rojillo. Continúa en esa gama?
Sí. Eso ya no tiene remedio. No pude ni traté de cambiar.
Qué significa mantenerse en la izquierda, en la oposición?
No veo a la izquierda como oposición. Hay gobiernos de izquierda y están en el poder. Para mí ser de izquierda significa que todavía no he visto que la principal razón por la cual escogí serlo haya desaparecido y es la existencia de explotados y de explotadores. No se necesitan muchas elaboraciones ideológicas ni teorías para observar que en el mundo hay una gran injusticia y que está terriblemente mal distribuida la riqueza. Hay pobres y ricos. Si los extremos no desaparecen habrá explotados y explotadores; por elemental principio de justicia, de humanidad me coloqué y estaré de este lado: con los pobres, con los desasistidos, con los explotados.
``Pocas cosas me indignan, pero una de ellas la tengo clara: la explotación de seres humanos por otros. Estos fueron los principios que tuve claros y que me llevaron a estudiar a teóricos de la sociedad, de la economía y de la política que no hacían más que convertir en elaborados cuerpos de pensamiento lo que era fácil ver que existía en las calles y en el campo. Eso es lo que entiendo por ser de izquierda y lo soy con teóricos, sin teóricos, con Muros de Berlín, sin Muros de Berlín, con Unión Soviética y sin Unión Soviética.
Cómo es posible llegar a evitar la injusticia? El ideal de sistemas socialistas y de regímenes como el cubano se vinieron abajo, fracasaron. Hay que replantear esto?
Cuba no está fracasando. A Cuba la están derrotando. No es lo mismo. Cuba tiene 36 años de luchar contra el poderío inmenso de Estados Unidos. Estaría siendo derrotada, pero tiene esperanza.
Corta el tema Augusto Monterroso. Y sobre la política mexicana se abstiene porque ``he observado con cuidado el impedimento que como exiliado político contraje con el gobierno mexicano de no intervenir en los asuntos políticos internos''.
La máscara, para no quedar indefenso
Algunos críticos de su obra (y usted mismo) han señalado su tratamiento de las máscaras. Del humor y la timidez en Monterroso como cierto tipo de máscaras. Es consciente?
No lo creo. Sí estoy convencido de que todos usamos máscaras, pero no hay que tomarlo como ocultación o una forma de mentira. Las máscaras son lo que uno observa en la vida diaria. Si uno va a una recepción se pone una máscara, a un acto académico se pone otra, o incluso en una cantina. Es un juego de cambios de expresión natural porque si no uno queda muy indefenso. La máscara es para que el otro no se asuste, no para asustar.
Cuáles siguen siendo sus máscaras más utilizadas?
Las del humor y la timidez, por supuesto. Y de tanto usarlas ya se volvieron parte mía. [Se incorpora por tercera y última vez del asiento. Va a la puerta del cuarto contiguo y descuelga una malla amarilla con un bigotito y cejas pobladas pintadas y dos orificios en lugar de ojos. Se coloca la mascarita que le regalaron los sandinistas. Ellos la usaban en su lucha contra Somoza. Monterroso, de vez en cuando durante la entrevista].
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