Agradece al Presidente su voluntad para cumplir
con parte de la recomendación de la CIDH
Probaré mi inocencia, expresa el general Gallardo
al dejar la cárcel
Enviará un informe al secretario de la Defensa
para ponerse a disposición del alto mando
JESUS ARANDA Y RENE RAMON ALVARADO REPORTERO Y
CORRESPONSAL
Huitzilzingo,
Estado de Mexico, 7 de febrero. ''Mi liberación es un primer
avance'', dijo al salir de la prisión la noche de ayer el general
José Francisco Gallardo, y aunque agradeció al presidente
Vicente Fox su voluntad para cumplir ''con parte'' de la recomendación
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de 1996, adelantó
que continuará su lucha legal para demostrar su plena inocencia.
Pese a que para la Secretaría de la Defensa Nacional
Gallardo dejó de ser general a partir de que fue encontrado culpable
de los delitos de enriquecimiento ilícito, quema de archivo y malversación
de equipo, adelantó que este mismo viernes hará un ''parte
informativo'' dirigido al secretario de la Defensa Nacional, general Ricardo
Clemente Vega García, en el que se pondrá a disposición
del alto mando militar.
Sigo en el Ejército
''Yo sigo siendo general del Ejército, porque así
lo dictaminan las leyes militares, y aparte, porque tengo una resolución
de la Suprema Corte de Justicia en que manifiesta que sigo siendo general'',
dijo orgulloso entre la maraña de grabadoras, cámaras fotográficas
y de video que no perdían ninguno de sus movimientos desde que atravesó
la puerta principal del Centro de Readaptación Social de Chalco,
llevando en brazos a su hija Jessica, quien por cierto nació un
mes después de su detención en la prisión del Campo
Militar Número Uno, el 18 de noviembre de 1993.
Entre empujones y ayudado por su abogado, Félix
Francisco Garza, y por algunos elementos de seguridad del penal, Gallardo
se movió hacia una banca a la que subió para ofrecer una
improvisada conferencia de prensa. A unos metros, su esposa Leticia Henríquez
y sus hijos José Francisco, Marco Vinicio, Alejandro y Jessica ?que
fue rescatada de los brazos de su padre cuando los representantes de los
medios lo coparon en busca de la primera declaración y la primera
imagen? miraban la escena.
Al
mismo tiempo, el general decía: ''Yo siempre he estado en contacto
con mi familia, ellos han sido mi apoyo en esta lucha, así como
los medios de comunicación, a los que les agradezco que ventilaran
mi caso a nivel nacional e internacional''.
Insistió en que la decisión presidencial
obedece al cumplimiento de compromisos y acuerdos internacionales en materia
de derechos humanos, y en tono conciliador no dejó de agradecer
la acción del jefe del Ejecutivo.
Adelantó que continuará su lucha por la
creación de un ombudsman militar, además de que impulsará
una reforma al Ejército Mexicano, porque ésta es una condición
sine qua non para impulsar la reforma del Estado.
Asimismo, señaló que va a matricularse para
continuar su maestría en administración pública. La
idea, sostuvo, es seguir impulsando ''desde cualquier trinchera'' la reforma
del Ejército y el respeto a los derechos humanos de todos los mexicanos,
y principalmente de los militares, enfatizó.
Negó que haya sentido ''amargura'' por haber permanecido
encarcelado durante tanto tiempo ?de 1993 a 1999 en la prisión del
Campo Militar Número Uno; de 1999 al 21 de diciembre de 2001 en
el penal Neza-Bordo, y del 22 de diciembre del año pasado hasta
ayer en la cárcel de Chalco?, y aprovechó para agradecer
el apoyo de más de 50 organizaciones defensoras de los derechos
humanos nacionales y extranjeras.
-¿Va a continuar en el Ejército? ?se le
preguntó.
-Vamos a ver si continuamos, mi obligación como
militar es que yo tengo que hacer mañana (viernes) un parte informativo
en donde estoy a disposición del alto mando militar.
Empero,
reconoció que su incorporación plena a las fuerzas armadas
dependerá de cómo se presenten las cosas y la política
que asuma sobre su caso el general secretario.
El rumor de que el militar quedaría en libertad
comenzó a circular desde las primeras horas de ayer, pero fue después
del mediodía cuando personal de la Secretaría de Gobernación
se comunicó con la familia de Gallardo para citarlos en el penal
de Chalco.
La noticia corrió como pólvora; cuando la
señora Henríquez y sus hijos José Francisco y Marco
Vinicio arribaron al lugar, ya se encontraban algunos representantes de
los medios.
A las 20 horas con 40 minutos atravesó el enorme
portón verde de la prisión; llevaba consigo a Jessica, mientras
el resto de la familia quedó en el interior. De inmediato fue copado
por los representantes de la prensa. Orgulloso y sonriente, sacó
de labolsa de la camisa el documento oficial en el que le notificaron su
liberación; la hora, 19:35.
Se interpondrá amparo
Quedaron atrás denuncias, conferencias, marchas,
mítines, reuniones y actos en los que todos los integrantes de la
familia Gallardo demandaron su liberación.
A pregunta expresa, Gallardo negó temer por su
vida.
Por su parte, su abogado defensor, Francisco Garza, declaró
que la semana entrante interpondrá un amparo indirecto en contra
de las dos sentencias del Supremo Tribunal Militar, que condenaron al militar
a 28 años de prisión, para demostrar la plena inocencia de
su defendido y que sea reconocido plenamente su derecho a pertenecer al
Ejército.
Asimismo, continuará con el amparo directo que
interpuso ante la justicia federal a fin de que se obligue al presidente
Fox a cumplir a plenitud la recomendación de la CIDH, porque ''la
defensa no está satisfecha, es satisfactorio el primer paso, no
la solución'', ya que la decisión presidencial no le quita
la culpabilidad.
Alejada del barullo de las entrevistas que concedía
su esposo a los medios de comunicación, la señora Leticia
Henríquez resumió su felicidad: ''Estamos muy contentos como
familia, porque son muchos años de lucha...''