EU ayudará a palestinos que "no estén
implicados en actos de violencia"
Seguirá la presión sobre Arafat: Bush
y Sharon
El líder de la ANP debe dar "pasos serios y concretos"
contra el terrorismo, argumentan
AFP, DPA Y REUTERS
washington, 7 de febrero. El primer ministro israelí,
Ariel Sharon, se reunió esta noche en la Casa Blanca con el presidente
estadunidense, George W. Bush, quien se comprometió a mantener la
presión sobre el líder palestino Yasser Arafat "para convencerlo
de dar pasos serios, concretos y reales para reducir la actividad terrorista
en Medio Oriente".
Sharon -quien tenía previsto pedir a Bush que aumente
la presión sobre Arafat, mediante boicoteo- dijo al término
del encuentro que su gobierno "está comprometido con el proceso
de paz en Medio Oriente", y que al final de éste "hay un Estado
palestino independiente".
Bush señaló que Estados Unidos tomará
las medidas necesarias para ayudar a los palestinos que no están
implicados en los actos de violencia a llevar una vida normal. Para ello,
dijo, su gobierno tiene previsto invertir un presupuesto de 300 millones
de dólares.
El
vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, añadió que Bush
no pretende eliminar sus contactos con la Autoridad Nacional Palestina
(ANP) ni con Arafat.
Hoy continuaron los ataques israelíes de represalia
sobre Nablus, luego de que ayer palestinos se infiltraron en el asentamiento
judío de Hamra, y dispararon contra la población.
En un principio se dijo que habían muerto una mujer,
una niña de 11 años y una recién nacida, pero este
jueves el ejército israelí rectificó el saldo y aseguró
que los fallecidos fueron una mujer, una niña y un soldado israelí.
Uno de los atacantes fue ultimado por las autoridades israelíes
y otro más fue detenido.
En los ataques israelíes del miércoles y
el jueves sobre Nablus, 11 palestinos resultaron heridos. Además
fue destruido un depósito de municiones y este jueves dos misiles
fueron disparados contra la sede de la ANP en la ciudad cisjordana y varias
prisiones, causando sólo daños menores.
Los bombardeos contra la prisión motivaron que
una muchedumbre de palestinos liberara a gran número de activistas
encarcelados en Nablus, entre los que figuraban varios de los que integran
la lista de "terroristas" reclamados por Israel. En la también cisjordana
ciudad de Jenin, poco más tarde, palestinos enmascarados asaltaron
la prisión local y liberaron a varios miembros de Hamas y Jihad.
Ante 3 mil simpatizantes reunidos en Ramallah, donde el
presidente palestino ha permanecido sitiado por las fuerzas israelíes
desde el 3 de diciembre, Arafat aseguró que los ataques israelíes
son "una ofensiva descarada contra nuestras prisiones, en un acto militar
criminal".
Arafat también fustigó los intentos de Tel
Aviv de aislarlo políticamente y sustituirlo por un dirigente palestino
más moderado. "Estas palabras que los israelíes repiten en
Washington y en otras partes no nos van a sacudir ni a cambiar nuestras
convicciones", agregó el mandatario.
Aunque el miércoles una llamada reivindicó
el ataque contra el asentamiento judío de Hamra en nombre del grupo
integrista Hamas, este movimiento lo atribuyó hoy a las Brigadas
de Mártires de Al Aqsa, grupo armado vinculado a Fatah, el movimiento
político al que pertenece Arafat.
En todo caso, este atentado motivó una reunión
de emergencia con el canciller israelí, Shimon Peres, quien está
al frente de la jefatura de gobierno en ausencia de Sharon, y jefes de
seguridad de Tel Aviv.
Al parecer, los atacantes en Hamra entraron al asentamiento
disfrazados de soldados israelíes y las fuerzas de seguridad de
Israel no estuvieron en condiciones de detenerlos antes de que hubieran
muerto tres personas.
En otro orden, la Asociación de la Prensa Extranjera
de Israel criticó duramente este jueves a la ANP por haber impedido
el trabajo de periodistas en la cobertura del linchamiento de tres hombres,
dos de ellos menores de edad, atacados por una muchedumbre el martes en
Jenin, y que fueron encontrados culpables de haber matado a un policía.
La asociación dijo que autoridades palestinas confiscaron
cintas y rollos fotográficos de los disturbios, en un acto de censura
y de violación de la libertad de prensa.