Dejarlos a criterio de los gobernantes "es implantar la peor de las dictaduras"
Los derechos humanos pueden ser manipulados por "ocultos intereses", advierte Rivera Carrera
JOSE ANTONIO ROMAN
Luego de señalar que los derechos humanos no deben ni pueden ser rebajados a encuestas o referéndum, que bien "pueden ser manipulados por ocultos intereses", el cardenal Norberto Rivera Carrera aseguró que someter estas garantías al criterio de los gobernantes "es implantar la peor de las dictaduras".
En su acostumbrada misa dominical, en la cual se conmeró la Jornada Mundial del Enfermo, el arzobispo primado de México exhortó a los católicos a no atemorizarse ante leyes o reglamentaciones que desprecian lo sagrado de la vida humana. "Quizás seamos criticados, acosados o perseguidos, pero nunca olvidemos que Cristo y su buena nueva triunfan por encima de cualquier poder destructor de este mundo."
Al final de la misa, en breve entrevista, el prelado informó que aún no se define el lugar donde se realizará la misa en la que se canonizará al beato Juan Diego. No obstante, citó que una zona cercana al aeropuerto capitalino, Ecatepec y Cuautitlán-Izcalli son los tres lugares que hasta el momento estudia la Secretaría de Estado del Vaticano para dicha celebración, la cual se planea que sea una concentración multitudinaria.
Durante su homilía, el cardenal Rivera se refirió al fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno a la llamada ley Robles, en la cual se despenaliza el aborto en los casos de malformación genética y por violación. Afirmó que si bien en el mundo de hoy priva una cultura de muerte, el máximo órgano de justicia del país, por medio de sus magistrados, proclamó que la vida humana, desde su concepción, es protegida por los más elevados sentimientos de la nación contenidos en nuestra Constitución.
Agregó que esta declaratoria unánime por quienes tienen el más alto cargo de cuidar y hacer cumplir las leyes es para todos los católicos un excelente fundamento para comprometerse al inicio del tercer milenio con la causa de la vida y lograr el establecimiento pleno de los derechos del niño en el seno materno.
El cardenal Rivera, quien durante esta semana viajó a Roma para cumplir con un encargo del Papa para revisar un documento postsinodal de los obispos, estancia que también aprovechó para estudiar la agenda de la visita papal en julio próximo, señaló que el testimonio de fe de cada enfermo muestra a la cultura actual la riqueza de la sacralidad de la vida.
En este sentido, subrayó que la Iglesia católica "no se cansará de proclamar el valor de la vida que es, dijo, la luz que brilla en el mundo del dolor y que ilumina los actos de las tinieblas que intentan colocar leyes injustas para terminar con la vida inocente, tanto en su inicio, en la concepción, como en las últimas etapas de la enfermedad terminal".
A los enfermos, el arzobispo Rivera les manifestó su convencimiento de que el poder del evangelio no radica en el dinero, en las influencias, en la fama o en el privilegio social o legal.
"Ustedes son esa fuerza invisible que ha llevado en días pasados a la Suprema Corte de Justicia a proclamar solemnemente: la vida humana desde su concepción es protegida por los más elevados sentimientos de la nación contenidos en nuestra Constitución."
Rivera Carrera citó el reciente mensaje del Papa con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo, y dijo que los enormes progresos de la ciencia médica"nos dan a todos una gran responsabilidad con respecto al don divino de la vida, que sigue siendo un don en todas sus fases y condiciones".