A más tardar este miércoles se
publicaría el decreto que eleva de rango al actual instituto
Ofrece Semo participación de artistas en planes
de la Secretaría de Cultura
ANGEL VARGAS
Las autoridades del Instituto de Cultura de la Ciudad
de México (ICCM) esperan que a más tardar este miércoles
se publique en la Gaceta Oficial del Gobierno del Distrito Federal el
decreto mediante el cual la instancia será elevada al rango de Secretaría
de Cultura.
La transformación no será inmediata, sin
embargo, pues el proceso culminará 90 días después
de la fecha publicación, como lo determinan los artículos
transitorios.
El
director del ICCM, Enrique Semo, asegura que está ya casi totalmente
definido el diseño de la nueva dependencia y que a finales de este
mes o a principios del próximo comenzarán los trámites
operativos y administrativos finales para darle vida.
Entre otros rubros, explica, esto "entraña una
serie de conversaciones con la Oficialía Mayor (del gobierno del
DF) y solicitar una partida presupuestal especial", porque la que se ejerce
como instituto resulta insuficiente. No se puede hablar del monto específico
que se pedirá, porque aún se realizan los cálculos.
Entrevistado, el funcionario reitera que la transformación
a secretaría resulta indispensable para el proyecto de reforma cultural
emprendido por la actual administración capitalina, que, en resumen,
busca la democratización de los bienes y servicios culturales.
Ya como Secretaría de Cultura, según Semo,
parte primordial para coadyuvar a ese fin será la consulta y la
participación directas de la comunidad intelectual y artística
de la ciudad de México en el diseño de los planes y proyectos.
Es por eso que el historiador y economista plantea integrar
un consejo, cuya forma final, funciones específicas e integrantes
aún no determina. No obstante descarta que sólo sea consultivo.
"Propongo que haya un consejo en el cual no se traten
los problemas administrativos sino exclusivamente los de índole
de política cultural", específica. "Para poder institucionalizar
la cultura, para separarla de la política, es necesaria la participación
directa de consejeros ciudadanos, no de funcionarios, que puedan darle
a cada uno de los programas y las actividades la continuidad que a veces
se ve puesta en peligro con los cambios políticos".
Subraya que, de manera paralela a las normas de la secretaría,
actualmente se trabaja también en las de ese consejo, "tomando como
ejemplo experiencias de otras instituciones del gobierno" del DF.
El funcionario señala que el consejo, cuyos nombramiento
serán honorarios y por tiempo determinado, si bien tendrá
un rol central no será el único dentro de la secretaría,
pues también se proyecta crear otros específicos para algunas
de las áreas de la dependencia, como la de música, teatro,
literatura, el Teatro de la Ciudad y la filarmónica y el museo de
la Ciudad de México.
Aclara que este organismo no vendrá a sustituir
ni a desempeñar las funciones del Consejo Directivo del ICCM, pues
éste, al ser el instituto un organismo descentralizado del gobierno,
está instaurado por ley y tiene como funciones tanto la administración
como la vigilancia y la aprobación de los programas que se proponen
en la dependencia.
Semo precisa que el Consejo Directivo es una entidad superior
al director del instituto y que "nunca ha sido una figura meramente decorativa",
como trascendió en algunos medios la semana pasada a raíz
de la renuncia del violonchelista Carlos Prieto a aquél.
De hecho, subraya que este consejo -integrado por 15 miembros,
6 de ellos representantes de la comunidad artística y cultural-
tendrá todavía una sesión ordinaria o varias extraordinarias
para avalar la desaparición del instituto y dar entrada a la creación
de la secretaría.
Una vez que quede instaurada formalmente la secretaría
de Cultura, abunda, el consejo será desintegrado, pero no por capricho
sino por normatividad, "puesto que una secretaría no es una instancia
descentralizada y se rige a sí misma".
Acerca de la renuncia de Carlos Prieto, lamenta el hecho
y manifiesta su desacuerdo con la apreciación que hizo el violonchelista
en su carta de dimisión respecto con que en el instituto de cultura
"estemos dando pasado que llevan a dañar a la Filarmónica
de la Ciudad de México".
Enfatiza que los empeños de las autoridades están
enfocados a resolver los ancestrales problemas administrativos y laborales
que se heredaron con la agrupación cuando ésta paso a depender
del instituto de cultural capitalino, el pasado 12 de octubre.
"Lo que queremos es reformar a la orquesta. Al respecto
ha habido desacuerdos y planteamientos justos y otros que no podrán
ser satisfechos. Lamento mucho que el maestro Prieto haya tomado esa decisión
en un periodo así, cuando estamos abordando esos problemas que se
remontan a la propia fundación de la filarmónica", rubrica
Semo.
"La crisis que tenemos ahora es producto del cambio; hay
resistencias a éste. Espero que pronto se reanuden las relaciones
con el maestro Prieto".