Nueva estafa
La oreja de yeso
LUMBRERA CHICO
Apareció el peine: la recién develada estatua de bronce en memoria de Eloy Cavazos, que ''adorna'' el vestíbulo de la Monumental Plaza Muerta (antes México), no sólo no es de bronce sino que tampoco es, rigurosamente hablando, una estatua. ''Es apenas un boceto de yeso, pintado de tal forma que parezca bronce, pero no es la obra definitiva que planeo hacer; para que esto sea realidad es necesario que se junte el dinero que falta'', confesó días atrás el maestro Humberto Peraza, máximo exponente del arte escultórico taurino en nuestro país.
Autor de una buena parte de los monumentos que cuentan la historia de la tauromaquia mexicana en el coso que antaño fuera el más importante de América Latina, Peraza decidió revelar el secreto que encubre la estafa más novedosa del ''empresario'' Rafael Herrerías, en un esfuerzo por lograr que los admiradores del pequeño gigante de Nuevo León desembolsen los pesos y los centavos que prometieron para de nueva cuenta honrar en vida a su ídolo, hace tantos años artísticamente muerto.
En lo que son peras o manzanas, el maestro Peraza entretiene sus martillos y cinceles en la reconstrucción del rostro y figura de otro héroe epónimo del Grupo Monterrey, que hoy nos gobierna: el general Porfirio Díaz, cuya efigie, igualmente en bronce, pronto será entregada a la contemplación pública en el puerto de Veracruz. Homenaje a la nostalgia del autoritarismo que durante más de 30 años dispensó estabilidad, desarrollo y mano dura al México de finales del siglo XIX, la estatua de Díaz cuenta con el resuelto patrocinio de la misma derecha que admiró y elogió a Cavazos hasta la ignominia.
Simulación taurina, negocio televisivo
Que el monumento al dictador oaxaqueño sea erigido en Veracruz, tiene miga porque la tierra que lo glorificará es la misma que gobierna Miguel Alemán, padre del inepto ejecutivo taurino que hoy ha vuelto a formar pareja con Herrerías en la administración de la Plaza Muerta.
Pero si algo confirma el regreso de Miguelito Alemán Magnani al embudo de Insurgentes es que nunca se retiró de allí, y que dígase lo que se diga Televisa continúa metida en el negocio de la simulación taurina, donde las estatuas de yeso que parecen bronce para engañar al público, son una triste metáfora de los ''toros'' de cuatro años que en realidad son novillos, de los pitones ''en puntas'' que no disimulan los afeites del barbero, y de los ''jueces'' del gobierno capitalino que no representan sino a los intereses promocionales del grupo de gangsters que lucra con la fiesta.
En este contexto, el diestro michoacano Mauricio Portillo, actual líder charro del sindicato de los coletudos, ha anunciado que este año, y por segundo consecutivo, tampoco habrá corrida de la tradicional Oreja de Oro, a beneficio del gremio, porque éste no es del agrado de Herrerías.
La noticia no tiene por qué ser tan mala. A fin de cuentas la afición se salvará de ver un festejo con toros y muleteros de desecho, que podría ser coronado con la entrega de una oreja de yeso pintada de color miel.
