Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 31 de marzo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Sociedad y Justicia
Tras un periodo de decreciente deterioro de su salud falleció, a los 101 años, mientras dormía

Murió la reina madre de Inglaterra, alguna vez mano de hierro del imperio

Es la mujer más peligrosa de Europa, dijo Hitler al calificar la actuación de la monarca durante la Segunda Guerra Mundial Participó en la elección de Diana Spencer como prometida de su nieto

AGENCIAS

Pacíficamente, "mientras dormía" falleció ayer a los 101 años la reina madre de Inglaterra, una mujer de temple que vivió las turbulencias del siglo XX, cambios radicales y crisis de la monarquía británica y que para muchos será recordada como la soberana que desafió a los bombarderos alemanes, al quedarse en Londres mientras la ciudad sufría el ataque aéreo de las fuerzas de Adolfo Hitler.

El propio führer se refirió a la reina Isabel como "la mujer más peligrosa de Europa", por su contribución a mantener en alto la moral de su país durante los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial. Y no sólo eso, durante siete décadas de servicio a la corona, con una sonrisa que nunca se borraba, aunque tuviera que tomar decisiones complejas, trató de acercar la monarquía al pueblo y forjó una leyenda centenaria.

De pequeña estatura y un carácter fuerte, Isabel fue considerada "la mano de hierro detrás de dos tronos", el de su esposo Jorge VI, y el de su hija, la actual reina de Inglaterra, Isabel II. La reina madre fue dedicada compañera del rey Jorge VI, quien llegó al trono luego de que su hermano Eduardo VIII abdicó en el año de 1936 para casarse con laestadunidense Wallis Simpson, quien era divorciada.

Con esa sonrisa perenne, de abuela cariñosa, evitó que su hija menor, la princesa Margarita, se casara con un oficial divorciado y se enfrentó también a la princesa Diana cuando ésta se separó del princípe Carlos, su nieto favorito.

Todavía celebró en agosto su cumpleaños número 101 y salió a ver a sus admiradores. Sin embargo, ayer murió en su residencia de Windsor, debilitada por una tos reciente y una infección en el pecho que padecía desde la pasada Navidad, lo cual provocó que su salud se deteriorara aún más, reportó el Palacio de Buckingham.

Su hija, "la reina Isabel II de Inglaterra, sumamente entristecida, pidió que se hiciera el anuncio de inmediato; la reina madre murió pacíficamente mientras dormía", ayer por la tarde en Royal Long, Windsor.

Isabel Angela Margarita Bowes-Lyon nació el 4 de agosto de 1900. Fue la menor de nueve hermanos pertenecientes a una familia aristocrática escocesa. Era el último año completo de la reina Victoria en el poder, el Partido Laborista se había fundado recientemente y la pequeña tuvo una infancia protegida y una educación católica estricta.

Aunque la Primera Guerra Mundial pareció ensombrecer su vida ?su hermano preferido, Fergus, falleció en 1915, en el frente, y ella se desempeñó como enfermera en el castillo de sus padres?, disfrutó luego al máximo los dorados años 20. Su agenda estaba llena de citas de admiradores e incluso se dio dos años de plazo para aceptar la propuesta de matrimonio proveniente de la casa real.

Cambios tras llegar al trono

Jorge VI, el segundo hijo del rey Jorge V, tuvo que solicitar tres veces su mano, hasta que Isabel aceptó y se casó con él en abril de 1923, convirtiéndose en duquesa de York. El príncipe, tartamudo y pesimista empedernido, estaba loco "por su pequeña mujercita", según los relatos de la época.

Al llegar al trono comenzó a actuar como una mujer enérgica, consciente del poder que detentaba. Ayudó a su esposo a superar sus deficiencias; logró que dejara de tartamudear y se ocupó de que "los Windsor", como llamaba a Eduardo VIII y a su esposa estadunidense, se fueran a una especie de exilio en Francia. Los quería siempre lejos.

La gran popularidad de la reina madre, según coinciden los historiadores, se debió a su gran papel durante la Segunda Guerra Mundial. Al lado del rey visitó el entonces East End londinense, destruido por los ataques alemanes, y se negó a enviar a sus dos hijas, Isabel y Margarita, a un país seguro, como Canadá. Se rehusó a salir de su país a pesar de los bombardeos del periodo del Blitz, como se le conoce en Inglaterra, visitando a heridos y sobrevivientes.

Cuando en septiembre de 1940 cayeron bombas sobre el Palacio de Buckingham, se mostró alegre, "porque ahora puedo mirar a los ojos a las personas en el East End". Sostuvo también que esos años de guerra fueron "los más felices de nuestra vida". Por ello, Hitler la calificó como la mujer más peligrosa de Europa.

Enviudó en 1952, cuando falleció el rey Jorge VI a causa de un cáncer de pulmón. Asumió entonces el poder su hija, Isabel II, y la "viuda alegre", como le llamaron en aquella época, residía a pocos metros de Buckingham, en su propio palacio, Clarence House, donde solía invitar a sus amigos después de la ópera o el teatro.

Pero al mismo tiempo siguió sosteniendo las riendas de la familia real, y lo hizo por décadas, incluso cuando había ya superado los 100 años de existencia. Tras la imagen de abuela bondadosa estaba la mujer dura, la que cerró a Eduardo VIII y su Wallis Simpson la posibilidad de regresar a Inglaterra o tener acceso al dinero de la corona inglesa.

También su hija más pequeña, Margarita, que falleció dos meses antes que la reina madre, conoció el lado más enérgico de su progenitora, poco después de que Isabel II accediera al trono, cuando le impidió casarse con el amor de su vida, el capitán Peter Townsend, que se estaba divorciando.

Participó en la elección de Diana Spencer como prometida de su nieto Carlos, pero trataba de obligarla a aguantar la infidelidad de éste, y cuando Lady Di falleció "no derramó ni una lágrima", pero asistió al funeral de la princesa de Gales.

Tampoco la reina Isabel II, ya con 75 años a cuestas, se atrevía a replicar a su madre. "La seguía viendo como una hija pequeña", comentó un empleado del palacio.

Las imágenes que más se recuerdan de ella son aquellas de los festejos por su centenario y luego por su cumpleaños 101, cuando de pie saludó a centenares de súbditos que llegaron frente a su residencia para felicitarla

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año