Fustiga de nuevo a la oposición por impedir
el viaje del Presidente a Canadá y EU
La democracia, ineficaz sin una colaboración
efectiva Ejecutivo-Congreso, advierte Creel
La cúpula empresarial firmó ayer el Acuerdo
Político para el Desarrollo Nacional
ALONSO URRUTIA
Con la adhesión garantizada de la jerarquía
empresarial al Acuerdo Político para el Desarrollo Nacional, el
secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, volvió
a arremeter contra el Senado por frustrar el viaje presidencial. "Las actitudes
obstruccionistas no rinden dividendos políticos para nadie", aseveró.
Enfatizó
su aserto con una alusión a las encuestas y los sondeos de opinión
que, dijo, censuran esas actitudes que sólo impiden el desempeño
institucional. "Debemos desterrar de una vez por todas la idea de que poniendo
escollos se pueden obtener réditos políticos", pues si no
hay una colaboración efectiva entre el Ejecutivo y el Congreso la
democracia se vuelve ineficaz, agregó.
Ante la cúpula empresarial, Creel comparó
la actitud del Congreso en la frustrada reforma hacendaria con la postura
asumida por la oposición la semana pasada que impidió el
viaje de Vicente Fox a Estados Unidos y Canadá.
Al Salón Juárez de la Secretaría
de Gobernación llegó toda la cúpula empresarial: el
dirigente de los banqueros, Héctor Rangel Domene; el líder
de la Concamin, Javier Prieto De la Fuente; el presidente de la Coparmex,
Jorge Espina Reyes, y el representante del Consejo Mexicano de Hombres
de Negocios, Valentín Díez Morodo, así como Jesús
Vizcarra, del Consejo Nacional Agropecuario, y Yeidkol Polevnsky Gurwitz,
presidenta de la Canacintra.
Los empresarios que regatearon su firma al gobierno escucharon
decir a su representante, Claudio X. González, presidente del Consejo
Coordinador Empresarial, que sus propuestas no eran extravagantes ni sus
posturas radicales, pero también demandar al secretario de Gobernación
que el documento que firmaron no vaya a quedar en el papel y la ceremonia.
Entre los planteamientos destacan: estado de derecho y
seguridad pública; crecimiento económico estable generador
de empleos; fortalecimiento de las finanzas del gobierno federal y reforma
tributaria competitiva; modernización del mercado laboral; mejoramiento
de la calidad educativa, que eleve el valor agregado y la competitividad
global, y reforma del Estado que consolide el sistema democrático.
En su respuesta, el secretario de Gobernación destacó
el contexto de la firma del acuerdo: "no es un pacto de emergencia ni está
destinado a resolver errores de conducción económica del
país". Antaño, continuó, los pactos eran convocados
para controlar la inflación e impedir el deterioro del poder adquisitivo.
Eran los años de las crisis económicas recurrentes producidas
cada cambio de gobierno, las cuales "paralizaron la economía nacional
y sus saldos afectaron seriamente el bienestar", abundó.
Pero ahora las variables económicas y la política
se mantienen estables, hay tranquilidad social y certidumbre económica,
expuso. Subrayó que el acuerdo y la democracia no tendrían
sentido si no se tradujeran en mayor combate a la pobreza, redistribución
del ingreso y oportunidades de progresar para la población.
La valoración de Creel sobre la democracia mexicana
y los alcances del acuerdo lo llevaron a una nueva crítica al Senado
y a los partidos políticos.
Por momentos abandonó el tono conciliador propio
de un acuerdo tendiente a los consensos para censurar a los partidos políticos
que impidieron la gira presidencial y que, paradójicamente, en el
pasado presentaron iniciativas para eliminar la obligación del Presidente
de pedir permiso al Congreso para salir del país.
"Esa, como muchas otras normas, está ya fuera de
tiempo; a la luz de la nueva realidad democrática se han vuelto
obsoletas o disfuncionales y requieren ser revisadas de forma urgente."
Destacó: "La consolidación de la transición
requiere de rieles institucionales modernos, eficaces, para poder avanzar".
Al encuentro acudieron los secretarios de Comunicaciones
y Transportes, Pedro Cerisola, y del Trabajo, Carlos Abascal, quien dijo
que ahora se habrá de pasar a la parte difícil del acuerdo:
la generación de consensos sobre temas específicos.
Existen "obstáculos grandes" para alcanzar consensos,
advirtió; entre ellos citó el protagonismo y la soberbia
intelectuales, el énfasis en las divergencias, el prurito de sólo
ver el pasado, la inflexibilidad ante aspectos opinables, la ruptura de
acuerdos y el privilegiar las posturas maximalistas.