MEXICO, SA
Carlos Fernández-Vega
CARMONA ESTANGA tardó más en sentarse en la silla presidencial de Venezuela que en ser detenido y salir escoltado por militares, el sábado pasado, rumbo a la prisión. A lo largo de la más reciente crisis política ocurrida en ese país, el empresario fue la ostentosa cabeza visible de una plutocracia urgida por ver caer a Hugo Chávez.
EL OTRORA PRESIDENTE de la poderosa agrupación empresarial Fedecámaras -cargo que ocupó durante unos ocho meses- fue el que públicamente convocó a una huelga patronal el pasado 10 de diciembre y el que frente a las instalaciones de Petróleos de Venezuela difundió que "el pueblo venezolano" se dirigía al palacio presidencial de Miraflores para derrocar a su inquilino.
ERA, PUES, EL LIDER, cuando menos esa es la jerarquía que pretendió otorgársele en la versión cinematográfica del golpe. Sin embargo, todo parece indicar que detrás de este efímero personaje se encuentran los verdaderos titiriteros del sainete, entre ellos, de manera destacada, los dos únicos multimillonarios venezolanos, orgullosamente Forbes, cuyas fortunas representan alrededor de 10 por ciento del producto interno bruto de aquel país sudamericano: Gustavo Cisneros, magnate de las comunicaciones, y Lorenzo de Mendoza, el zar de la industria cervecera.
LA HISTORIA DE estos dos poderosos empresarios es descrita (muy a su manera) por la Revista Poder de Venezuela: "Gustavo Cisneros es la cabeza visible de la familia más rica de Sudamérica... No hay un buen negocio de medios en la región que no tenga conexión con el imperio de comunicaciones que él preside... Corrían los primeros años de la década de los treinta y Venezuela sobrevivía al régimen dictatorial de Juan Vicente Gómez. Durante mucho tiempo, Diego Cisneros (el patriarca cubano-venezolano fundador de la dinastía) esperó una cita para solicitar el permiso de operación de sus autobuses a una ciudad al noroccidente de Caracas. Un guardia malhumorado se le atravesó en el camino y le impidió el paso a la oficina del secretario de Gobierno con un fútil argumento burocrático. Ante la arbitrariedad, y blandiendo el papel donde constaba la cita oficial en la mano, Cisneros hizo un reclamo que le costó una humillación inolvidable: el policía lo mandó al calabozo durante cinco días. Esa fue la última vez que un Cisneros tuvo que pedir permiso para entrar a un centro de poder. A la vuelta de 25 años, Diego Cisneros era invitado de honor al Palacio de Miraflores y los escasos ex presidentes de la historia venezolana tenían su número de teléfono escrito frente al venerable prefijo del Don, Don Diego, quien siempre pidió que lo llamaran por su nombre a secas... Por su extraordinario poder económico combinado con la confianza que inspiran los pioneros, pero sobre todo gracias al predominio y la cobertura que adquirió Venevisión, la cadena de televisión de su propiedad, Don Diego Cisneros se convirtió en el hombre más influyente de Venezuela.
"A SU MUERTE EN 1980, dejó una bien educada y firme dinastía de jóvenes impacientes como él, que hoy, no sólo tienen derecho a tocar el portón de Miraflores -a pesar de que el presidente Hugo Chávez no se asoma de inmediato- sino que están en la lista de invitados ilustres de la Casa Blanca, de las galas importantes de la nobleza europea, y uno de ellos, Gustavo, el tercero de ocho, se da el gusto de pescar en el Amazonas con el ex presidente George Bush... Sólo queremos alcanzar el cielo'', declaró Gustavo Cisneros en 1997, al comprar por 114 millones de dólares Imagen Satelital... Los Cisneros de alguna manera ya tocaron el cielo que buscaban. Tienen la segunda fortuna más grande de América Latina -5 mil 300 millones de dólares- y su influencia se extiende mucho más allá de las fronteras venezolanas. La Organización Cisneros es accionista mayoritaria de Univisión y en 1998 se alió con America Online con la meta de dominar los servicios de Internet de América Latina. Esta ambiciosa combinación de Internet y televisión a nivel continental y regional garantiza a los Cisneros una extraordinaria influencia en la vida cotidiana de por lo menos 500 millones de latinoamericanos, desde la Patagonia hasta Seattle, desde Montevideo hasta Nueva York...
"CON SU CONTROL de Panamco, la mayor embotelladora de Coca-Cola fuera de Estados Unidos, la Organización Cisneros domina el mercado de bebidas de América Latina: más de 70 compañías en 40 países que emplean a 37 mil personas. Opera 44 videotiendas de Blockbuster en Puerto Rico donde además mantienen la cadena de supermercados Pueblo Xtra. Como saldo del pasado, la organización conserva 7 por ciento de las acciones en la empresa de implementos deportivos Spalding y en la de productos para niños Evenflo. Cuando en América Latina los grandes clanes familiares usaban sus fortunas para solidificar el dominio de industrias locales y grandes haciendas, Diego Cisneros y su hermano Antonio estaban ocupados en Estados Unidos y Europa haciendo pactos con multinacionales. En su viaje de luna de miel a Estados Unidos, en 1939, Antonio obtuvo la representación del mejor negocio de su vida: la Pepsi-Cola. Por eso cuando a Gustavo le preguntan por la globalización, el empresario se jacta de que su familia está globalizada desde hace 60 años.
"GUSTAVO ES LA cabeza visible del grupo. Tiene 54 años. Se graduó en la escuela de Administración de Negocios del Babson College en Wellesley, Massachussets... Como los demás magnates de América Latina, Cisneros es un celoso centinela de su imagen. En las salas de redacción de la prensa venezolana hay una regla no escrita y es que cualquier palabra que se diga sobre el empresario y su imperio tiene que ser cuidadosamente cernida por los editores. A Gustavo le atraen más las veladas con el poder y la cultura... Los Cisneros han girado cheques a adecos y copellanos en campaña; cortejaron a Felipe González de España; fueron amigos de Rafael Caldera y de Jaime Lusinchi, y del entorno íntimo del presidente Carlos Andrés Pérez, a quien dejaron de saludar; condenaron el golpe de Hugo Chávez pero en mayo de este año lo pusieron a cantar en el palacio de gobierno con Julio Iglesias Solamente una vez.
"GUSTAVO HA participado en la junta internacional de asesores del Chase Manhattan Bank en compañía de Henry Kissinger y David Rockefeller y de hecho fue consejero de la familia de este último en el manejo de sus relaciones políticas con Venezuela. Durante el gobierno de Jimmy Carter, Cyrus Vance, entonces secretario de Estado, recurría a Cisneros como interlocutor. Cuando Pérez fue elegido presidente en 1974, los Cisneros consolidaron varios negocios domésticos y otros internacionales. Invirtieron, entre otros, en el Banco Latino. Ellos eran parte de un selecto grupo de empresarios muy cercanos al palacio de gobierno conocidos con el nombre de Los 12 Apóstoles. Pero en el segundo periodo de Pérez (que comenzó en 1989), las cosas fueron a otro precio. La popularidad del presidente cayó en picada, y en febrero de 1992, un grupo de militares con pesadillas bolivarianas se le metió en el palacio de Miraflores."
MAÑANA, LORENZO de Mendoza y su respetable familia.
Las rebanadas del pastel:
ASI EMPEZARON los Cisneros: la Coparmex asegura que "el sector privado ya ha rebasado a los partidos políticos y en adelante negociará sus demandas directamente con el gobierno por medio de las mesas de trabajo del Acuerdo Político para el Desarrollo Nacional... Los empresarios ya están listos para promover reformas..."
[email protected] / Fax: 55 45 12 53