Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 16 de abril de 2002
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Capital
Pese a ello, la Tesorería capitalina les cobra puntualmente el servicio

Viven habitantes de Santa Catarina situación de crisis por la deficiente calidad y cantidad de agua

Lo que existe en la zona es discrimnación: Clara Brugada Llama a huelga de pagos

RICARDO OLAYO GUADARRAMA

La escasez de agua en la sierra de Santa Catarina, Iztapalapa, sólo permite que durante un día o algunas horas a la semana haya dotación por la red domiciliaria, y el resto de los días los vecinos quedan sujetos a una distribución preferencial por parte de los piperos de la delegación.

En un recorrido por seis colonias de la sierra, sus habitantes indicaron que la deficiente calidad y cantidad del líquido es una situación de crisis que altera su bienestar desde hace años, y a pesar de ello, apuntaron, la Tesorería del GDF les cobra bimestralmente el servicio.

"El agua no llega pero los recibos de cobro sí", se quejaron los vecinos en Miravalle, la parte media de Santa Catarina.

En el fondo lo que hay es una discriminación interna de esta zona por parte de las autoridades delegacionales en el caso del abasto de agua, acusó por su parte la diputada perredista Clara Brugada, quien realizó el recorrido y planteó a cada grupo de vecinos con los que se entrevistó, una "huelga de pagos".

La asambleísta visitó las colonias San Miguel Teotongo, Las Mercedes, Reforma Política, Buenavista y otras que en su nombre tienen la herencia de los anteriores gobiernos priístas: Carlos Hank González y Miguel de la Madrid.

En entrevista dijo que la propuesta de dotar de agua a la zona por lo menos durante tres días, que hizo la semana pasada en conferencia de prensa el delegado René Arce, es una demanda histórica que ella ha encabezado con otros grupos vecinales y que fue retomada por la autoridad delegacional un día después de que expresaron su molestia con la situación de escasez ante funcionarios de la demarcación.

Los vecinos explicaron que el agua les llega solamente una vez cada semana y en otros casos cada 10 días o 15 días. "Es un chorrito que no acaba de llenar los tambos ni los tinacos" y que deja a los habitantes de la zona a expensas de la dotación por pipas.

Los piperos son trabajadores de la delegación y sin embargo cobran el servicio, directamente o pidiendo para "el refresco" o para la "motobomba". En caso de negativa los vecinos quedan señalados y para futuras ocasiones se les niega la dotación.

Despotismo y preferencias

El problema por la escasez obliga, principalmente a las mujeres, a acudir a las cinco o seis de la mañana a las tomas de agua donde se diseñan las rutas de reparto de las pipas, a fin de solicitar el servicio a este personal de la delegación.

El trato es despótico y preferencial, indicaron los vecinos en entrevista, quienes señalaron a Rogelio Reyes y Miguel Escamilla como dos de los supervisores que sólo atienden a su "clientela" y quienes tienen el apoyo de las autoridades delegacionales.

Clara Brugada estableció ante los vecinos que es necesaria la destitución de los supervisores por la corrupción y el clientelismo con que se conducen. De fondo, estos personajes son intermediarios que no resuelven el problema de la carencia del líquido, toda vez que la autoridad no libera la presión del agua a la red domiciliaria y en cambio la envía a las tomas donde las pipas se surten para, posteriormente, entregarlas en cisternas, tambos y piletas.

En la colonia Miguel de la Madrid las vecinas mostraron una cubeta con el agua que cae de la red con pequeños animales negros, a los que ellas llaman "ajolotes"; aún vivos, se retuercen en el agua de color café.

Ese líquido lo usan para bañarse y posteriormente lo reutilizan para lavar patios, lo mismo ocurre con el agua con que lavan su ropa; en el interior de sus domicilios tienen cubetas llenas del agua lista para ser reutilizada.

"Es agua de tamarindo a la que sólo le falta el azúcar", ironizó una de las vecinas inconforme con la situación.

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