Prevé el panista una parálisis del Legislativo de no avanzar en modificaciones
Ha faltado "vigor" al gobierno y al PAN para negociar reformas, considera Felipe Calderón
El PRI, sin capacidad de cohesionar posturas; el PRD, en menor medida, está igual, dice
CIRO PEREZ SILVA Y ROBERTO GARDUÑO /I
Un año y medio después, el grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados reconoce que a su partido y al propio gobierno le ha hecho falta tener mayor claridad y ser "mucho más vigorosos", en sentido estratégico, en las negociaciones para hacer reformas. "La buena fe es necesaria, pero no suficiente", admite.
Felipe Calderón Hinojosa, coordinador de los diputados panistas en San Lázaro, afirma que se buscará mantener la negociación "con lo cual, aunque implique sacrificar hasta el límite muchos objetivos de carácter legislativo, permita avanzar en lo que nosotros consideramos prioridades estratégicas del grupo parlamentario del PAN. Creo que es nuestro deber el poder señalar con claridad a los ciudadanos, quién propone una cosa, quién la objeta, quién propone cambios y quién los obstruye".
Este cambio de estrategia, en momentos en los que se discuten temas relacionados con la reforma del Estado y los panistas insisten en cambiar leyes como la energética o la laboral, es, destaca el coordinador, una consecuencia del sentido común.
"Creo que en momentos iniciales en los que había que arriesgarlo todo en busca de acuerdos era válido que el PAN y el gobierno asumieran todos los costos del trabajo político, pero en la medida en que tales acuerdos, me refiero a las reformas estructurales, no se generan, pues el punto es que cada quién asuma las consecuencias de su propia estrategia."
-ƑEsta nueva visión implicaría acotar los tiempos de la negociación?
-Yo creo que sí, pues una lección importante de la reforma fiscal fue lo inconveniente que resultó tener un debate tan prolongado. El solo debate del tema del IVA nos desgastó enormemente y nos generó costos electorales en los estados. En segundo lugar desgastó la negociación, porque muchos logros parciales, a medida que transcurría el tiempo, se modifican.
Para ello, reconoce, ha influido la multiplicidad de actores. "Lo que percibo es que el PRI tiene distintas visiones sobre un mismo tema y no tiene la cohesión suficiente como para afirmar unívocamente cuál verdaderamente es la pretensión del partido o del grupo parlamentario; ese es un problema medular en este esquema. Hay muchos priístas que, en corto, dicen que están de acuerdo con una serie de temas, pero a la hora de concretar no pueden reunir la voluntad colectiva. En menor proporción, pero el PRD tiene visiones similares."
-Antes se les conoció como gradualistas. Ahora el gobierno parece que va por todo o nada.
-Yo nunca acepté el término gradualista porque describía una actitud dosificada de cambio y mi alegato en aquellos tiempos era que el PAN quería los cambios completos y de una vez. Nosotros queremos el cambio completo e integral, pero también, paradójicamente, circunstancias políticas como el hecho de no tener mayoría en el Congreso nos impiden ese cambio total y nos obliga, pienso yo que además es la regla de la política, a tender o buscar los máximos cambios posibles.
-En este contexto, Ƒqué implicaría que en las próximas elecciones un partido tuviera mayoría en la Cámara?
-Si ese partido es en el que milita el Presidente y son buenos los diputados, lo cual es un factor que no se ha analizado, permitiría acelerar los cambios que responden al proyecto que tiene el gobierno. Se puede polemizar si son en el sentido adecuado, pero lo que no se puede quedar a medias es que ni se hacen los cambios que propone el Presidente ni se hace ninguno otro. Debemos hacer que esos cambios se generen. Si fueron buenos, entonces debe continuar el mismo proyecto, y si fueron malos la regla democrática debería de ser que ese proyecto se termine.
-Sin embargo usted ha ponderado favorablemente el hecho de que el Congreso sea plural y que ningún partido tenga mayoría.
-Yo no me arrepiento de haberlo reconocido así. Yo creo que el mandato electoral de la pluralidad fue un mandato por la mesura, por la prudencia, por el control, pero nunca, pienso, un mandato por la pichicatería política de siempre hacer un cálculo electoral, con un ábaco electoral a cada cambio estructural que necesita el país. Entonces, la gente no votó por la inmovilidad, votó por la pluralidad, sí, pero eso no es sinónimo de inmovilidad.
-Se cuestiona que pretendan impulsar reformas que en su momento propusieron Zedillo, con la reforma eléctrica, y Salinas, con la laboral.
-Bueno, ahí hay un truco en eso. No son cambios que se promuevan porque los propuso Salinas o Zedillo, sino que son cambios de sentido común que todo el mundo, para funcionar mejor, los está haciendo; los que ya los hicieron les está yendo muy bien y los que no los hemos hecho nos está yendo mal.
-Sin embargo, cada tema depende de un cálculo político en razón de las elecciones del año próximo.
-Y ahí ya estamos llegando a extremos peores, pues aunque políticamente sea conveniente hacer los cambios a mediano plazo, las decisiones políticas están como detenidas, amorcilladas en términos taurinos, Ƒno?, ni para atrás, ni para adelante. Hay una rigidez, casi un congelamiento de decisiones políticas que puede llevar al Legislativo a la parálisis.