Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 17 de agosto de 2002
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Política
Ana María Aragonés

Propuestas migratorias para el encuentro Fox-Bush

Uno de los debates de los más recientes tiempos ha sido cómo evitar la llegada de migrantes indocumentados al país vecino. El gobierno de Estados Unidos ha optado por tratar de "sellar la frontera" mediante una serie de programas, todos con claras tendencias policiacas, entre los cuales se encuentra la tristemente famosa Operación Guardián.

La característica central de todos estos programas es que han requerido de un enorme incremento de fondos que se han asignado al Servicio de Inmigración y Naturalización (INS por su siglas en inglés), lo que ha permitido aumentar policías en la frontera, desplegados tanto en la de México como en la de Canadá, aunque hay que decir que la mexicana ha recibido mayor atención en todos sentidos.

Sólo para apoyar los trabajos del INS en la frontera mexicana se han invertido en años recientes 20 mil millones de dólares. Lo interesante aquí es que de acuerdo con los datos ofrecidos por la Patrulla Fronteriza, en voz de su portavoz Bill Strassberger (Lisa Richardson y Patrick McDonnell), no hay duda de que las aprehensiones se han reducido de forma por demás importante, ya que en 2000 fueron aprehendidas un millón 67 mil personas; para 2001 esta cifra había caído a un millón 260 mil, y en lo que va de 2002 se habla de 639 mil, lo que supone que para finales de este año habrán sido detenidas cerca de un millón de personas, con lo cual sería evidente que el trabajo que desempeña la patrulla fronteriza es el correcto y ha cumplido con el objetivo.

Sin embargo, de acuerdo con un estudio llevado a cabo por el Instituto de Políticas Públicas de California -comentado por los mismos autores- el refuerzo policiaco de la frontera de México con Estados Unidos no ha reducido la migración indocumentada, como afirma el INS, confirmando así lo que hace mucho tiempo vienen sosteniendo diversos académicos y abogados.

Por un lado, como respuesta a las dificultades impuestas en la frontera, los migrantes han preferido alargar su estancia para evitar tanto sufrimiento, así como los altos costos que les suponen los continuos cruces, pues otra de las consecuencias ha sido el incremento de las mafias que trafican con migrantes y que han convertido esta situación en un enorme negocio: si se cobraban 300 dólares hace una década, ahora el precio se ha incrementado a más de 2 mil dólares. Por supuesto, lo más doloroso es que los migrantes hoy tienen que arriesgarse a pasar por lugares mucho más escabrosos, lo que ha incrementado dramáticamente el número de decesos en la frontera: de 57 en 1994, a 227 en 2000. Otro fenómeno interesante que estos investigadores han señalado es el incremento de la migración indocumentada que está llegando a Estados Unidos para quedarse de forma permanente y cuyo número ha alcanzado entre 400 mil o 500 mil anualmente, mucho más de lo que plantea el INS, que es de 350 mil por año.

Por supuesto que el Servicio de Inmigración y Naturalización ha tenido una respuesta por demás áspera ante estos descubrimientos y mantiene su posición al asegurar que ha sido gracias al trabajo de la Patrulla Fronteriza que las aprehensiones se han reducido de manera notoria, por lo que la estrategia de la frontera debe mantenerse y, por supuesto, también los crecientes fondos.

Estos estudios son muy importantes porque demuestran, una vez más, que la fuerza de los factores atracción/expulsión son capaces de atravesar cualquier muro por militarizado que esté. La próxima reunión Fox-Bush es ocasión por demás propicia para que se busque de verdad reorientar la migración, y en este sentido lo primero que se debería convenir es en la inutilidad de estas estrategias, pues las cifras son elocuentes. Y enfatizar el hecho de que detener la migración indocumentada se logrará cuando las naciones expulsoras tengan real acceso al comercio internacional mediante sus exportaciones, y no como sucede actualmente, en que esta posibilidad está prácticamente cerrada debido a los subsidios de los países ricos. Y finalmente, si realmente se quiere discutir el fenómeno migratorio con Estados Unidos, hay que revisar el Tratado de Libre Comercio, pues ha sido tanto o más lesivo que la Patrulla Fronteriza para los mexicanos.

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