Ana María Aragonés
Propuestas migratorias para el encuentro Fox-Bush
Uno de los debates de los más recientes tiempos
ha sido cómo evitar la llegada de migrantes indocumentados al país
vecino. El gobierno de Estados Unidos ha optado por tratar de "sellar la
frontera" mediante una serie de programas, todos con claras tendencias
policiacas, entre los cuales se encuentra la tristemente famosa Operación
Guardián.
La característica central de todos estos programas
es que han requerido de un enorme incremento de fondos que se han asignado
al Servicio de Inmigración y Naturalización (INS por su siglas
en inglés), lo que ha permitido aumentar policías en la frontera,
desplegados tanto en la de México como en la de Canadá, aunque
hay que decir que la mexicana ha recibido mayor atención en todos
sentidos.
Sólo para apoyar los trabajos del INS en la frontera
mexicana se han invertido en años recientes 20 mil millones de dólares.
Lo interesante aquí es que de acuerdo con los datos ofrecidos por
la Patrulla Fronteriza, en voz de su portavoz Bill Strassberger (Lisa Richardson
y Patrick McDonnell), no hay duda de que las aprehensiones se han reducido
de forma por demás importante, ya que en 2000 fueron aprehendidas
un millón 67 mil personas; para 2001 esta cifra había caído
a un millón 260 mil, y en lo que va de 2002 se habla de 639 mil,
lo que supone que para finales de este año habrán sido detenidas
cerca de un millón de personas, con lo cual sería evidente
que el trabajo que desempeña la patrulla fronteriza es el correcto
y ha cumplido con el objetivo.
Sin embargo, de acuerdo con un estudio llevado a cabo
por el Instituto de Políticas Públicas de California -comentado
por los mismos autores- el refuerzo policiaco de la frontera de México
con Estados Unidos no ha reducido la migración indocumentada, como
afirma el INS, confirmando así lo que hace mucho tiempo vienen sosteniendo
diversos académicos y abogados.
Por un lado, como respuesta a las dificultades impuestas
en la frontera, los migrantes han preferido alargar su estancia para evitar
tanto sufrimiento, así como los altos costos que les suponen los
continuos cruces, pues otra de las consecuencias ha sido el incremento
de las mafias que trafican con migrantes y que han convertido esta situación
en un enorme negocio: si se cobraban 300 dólares hace una década,
ahora el precio se ha incrementado a más de 2 mil dólares.
Por supuesto, lo más doloroso es que los migrantes hoy tienen que
arriesgarse a pasar por lugares mucho más escabrosos, lo que ha
incrementado dramáticamente el número de decesos en la frontera:
de 57 en 1994, a 227 en 2000. Otro fenómeno interesante que estos
investigadores han señalado es el incremento de la migración
indocumentada que está llegando a Estados Unidos para quedarse de
forma permanente y cuyo número ha alcanzado entre 400 mil o 500
mil anualmente, mucho más de lo que plantea el INS, que es de 350
mil por año.
Por supuesto que el Servicio de Inmigración y Naturalización
ha tenido una respuesta por demás áspera ante estos descubrimientos
y mantiene su posición al asegurar que ha sido gracias al trabajo
de la Patrulla Fronteriza que las aprehensiones se han reducido de manera
notoria, por lo que la estrategia de la frontera debe mantenerse y, por
supuesto, también los crecientes fondos.
Estos estudios son muy importantes porque demuestran,
una vez más, que la fuerza de los factores atracción/expulsión
son capaces de atravesar cualquier muro por militarizado que esté.
La próxima reunión Fox-Bush es ocasión por demás
propicia para que se busque de verdad reorientar la migración, y
en este sentido lo primero que se debería convenir es en la inutilidad
de estas estrategias, pues las cifras son elocuentes. Y enfatizar el hecho
de que detener la migración indocumentada se logrará cuando
las naciones expulsoras tengan real acceso al comercio internacional mediante
sus exportaciones, y no como sucede actualmente, en que esta posibilidad
está prácticamente cerrada debido a los subsidios de los
países ricos. Y finalmente, si realmente se quiere discutir el fenómeno
migratorio con Estados Unidos, hay que revisar el Tratado de Libre Comercio,
pues ha sido tanto o más lesivo que la Patrulla Fronteriza para
los mexicanos.