Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 17 de agosto de 2002
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Política
Gustavo Leal F.

Vivir de hurtado

Una vez que el foxismo eligió la metodología que ubica en "pobreza" a más de la mitad de los mexicanos, ¿podemos esperar otras políticas sociales? ¿Qué anticipa el presidente Fox al asumir que "no le vamos a fallar al sistema de salud"?

Instalando la Comisión Mexicana de Macroeconomía y Salud, el colosista subsecretario de Hacienda Carlos Hurtado -consumado "experto" en políticas sanitarias- declaró que en los próximos años "será difícil que haya más recursos públicos para el sector salud". En cambio, observó, es necesaria la "participación de la iniciativa privada en los servicios médicos" y recomendó al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) ser "austeros en su personal administrativo, debido al excesivo gasto en este rubro".

Esta visión del gobierno del "cambio" coincide con la del Banco Mundial y la de la Organización Mundial de la Salud, de la doctora Gro Harlem Brundtland. En su texto México: una agenda integral de desarrollo para la nueva era, recomienda abiertamente "capturar los beneficios potenciales" que puede "ofrecer el rol del sector privado"; buscar el nivel más alto de atención con los recursos disponibles; separar el financiamiento de la prestación; consolidar la descentralización, definir un paquete de servicios esenciales e introducir gradualmente la competencia. También estima crucial la consolidación de la "reforma" priísta emprendida por Guillermo Soberón, Jesús Kumate y Juan Ramón de la Fuente, así como la presencia de médicos familiares en calidad de "porteros" del Sistema Nacional de Salud.

Estas recomendaciones recibidas por el presidente Fox en diciembre de 2000, curiosamente, enlazan con las propuestas de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) de Guillermo Soberón, reunidas en Hacia un México más saludable. Una visión del sector privado, también presentadas a Fox en abril de 2001. Por ejemplo, la propuesta número cinco se ocupa de los "incentivos a la participación del sector privado en el cuidado de la salud". Igualmente, el simposio, La reforma del Sistema Nacional de Salud, publicado por Funsalud ese mismo año, destina su último capítulo a la "participación del sector privado".

Fox no ha dudado un instante en garantizar la continuidad de las políticas de los últimos 18 años priístas, que buscan premiar el autocuidado de la salud y atender los daños en el "mercado interno".

Así, durante su primer año desde la Secretaría de Salud, el gobierno del "cambio" diseñó el tecnocrático Programa Nacional de Salud, poniendo en operación el "innovador" Seguro Popular, que contempla "subsidios a la demanda, según la capacidad de pago de las familias".

Luego, el zedillista Santiago Levy "reformó" la Ley del IMSS y, en consecuencia, presentó el primer informe anual que ella exige. Su apocalíptico Informe, enviado al Presidente y al Congreso el pasado 28 de junio, "descubre" que la situación financiera del instituto es "compleja y delicada". Con este mismo espíritu, Onofre Muñoz y Gonzalo Gutiérrez Trujillo -desde la Dirección de Prestaciones Médicas del IMSS- dieron a conocer los "nuevos" Programas Integrados de Salud, en los que vergonzosamente el instituto decide operar el preventivista paquete de servicios esenciales diseñado por el Banco Mundial, privilegiando el autocuidado como "alternativa" para atender "enfermedades".

Después de reconocer que aunque el ISSSTE sea "un enfermo muy grave, no es incurable", su director general (el autorreconocido priísta con "licencia" y representante de la "maestra" Elba Esther Gordillo, Benjamín González Roaro), comunicó "un nuevo modelo para la prestación de servicios integrales" que no requiere de "mayores recursos" (sic). Se trata, sostuvo, de un "cambio en la concepción de la medicina que anticipa el daño al prevenir el riesgo de enfermedades", además de "separar la parte financiera de los servicios de la parte proveedora" con vistas a hacer "competitivas las diferentes áreas del instituto".

A decir de la doctora Elsa Carolina Rojas Ortiz, subdirectora general médica del ISSSTE, ese "nuevo modelo integral" se basa en la "medicina preventiva", creando "círculos de apoyo para hipertensos, diabéticos y obesos". Cuenta, además, con "capacidad de respuesta en el primer nivel de atención, puerta de entrada de 85 por ciento de la población asegurada" y responde a las "expectativas y necesidades de nuestros derechohabientes" (sic) en las ocho regiones y 35 subdelegaciones del instituto.

Después de dos años de no cambio, todo parece indicar que nada nuevo habría que aguardar en la orientación de las políticas sociales del foxismo. Porque, aunque Fox se compromete a "tener el ingenio para atender las necesidades de salud", el "experto" subsecretario Carlos Hurtado, con su llamado a la "participación de la iniciativa privada en los servicios médicos", sólo está confirmando su fenomenal capacidad para tocar de oído y vivir de hurtado.

Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

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