Gustavo Leal F.
Vivir de hurtado
Una vez que el foxismo eligió la metodología
que ubica en "pobreza" a más de la mitad de los mexicanos, ¿podemos
esperar otras políticas sociales? ¿Qué anticipa
el presidente Fox al asumir que "no le vamos a fallar al sistema de salud"?
Instalando la Comisión Mexicana de Macroeconomía
y Salud, el colosista subsecretario de Hacienda Carlos Hurtado -consumado
"experto" en políticas sanitarias- declaró que en los próximos
años "será difícil que haya más recursos públicos
para el sector salud". En cambio, observó, es necesaria la "participación
de la iniciativa privada en los servicios médicos" y recomendó
al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto de Seguridad
y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) ser "austeros
en su personal administrativo, debido al excesivo gasto en este rubro".
Esta visión del gobierno del "cambio" coincide
con la del Banco Mundial y la de la Organización Mundial de la Salud,
de la doctora Gro Harlem Brundtland. En su texto México: una
agenda integral de desarrollo para la nueva era, recomienda abiertamente
"capturar los beneficios potenciales" que puede "ofrecer el rol del sector
privado"; buscar el nivel más alto de atención con los recursos
disponibles; separar el financiamiento de la prestación; consolidar
la descentralización, definir un paquete de servicios esenciales
e introducir gradualmente la competencia. También estima crucial
la consolidación de la "reforma" priísta emprendida por Guillermo
Soberón, Jesús Kumate y Juan Ramón de la Fuente, así
como la presencia de médicos familiares en calidad de "porteros"
del Sistema Nacional de Salud.
Estas recomendaciones recibidas por el presidente Fox
en diciembre de 2000, curiosamente, enlazan con las propuestas de la Fundación
Mexicana para la Salud (Funsalud) de Guillermo Soberón, reunidas
en Hacia un México más saludable. Una visión del
sector privado, también presentadas a Fox en abril de 2001.
Por ejemplo, la propuesta número cinco se ocupa de los "incentivos
a la participación del sector privado en el cuidado de la salud".
Igualmente, el simposio, La reforma del Sistema Nacional de Salud,
publicado por Funsalud ese mismo año, destina su último capítulo
a la "participación del sector privado".
Fox no ha dudado un instante en garantizar la continuidad
de las políticas de los últimos 18 años priístas,
que buscan premiar el autocuidado de la salud y atender los daños
en el "mercado interno".
Así, durante su primer año desde la Secretaría
de Salud, el gobierno del "cambio" diseñó el tecnocrático
Programa Nacional de Salud, poniendo en operación el "innovador"
Seguro Popular, que contempla "subsidios a la demanda, según la
capacidad de pago de las familias".
Luego, el zedillista Santiago Levy "reformó" la
Ley del IMSS y, en consecuencia, presentó el primer informe anual
que ella exige. Su apocalíptico Informe, enviado al Presidente
y al Congreso el pasado 28 de junio, "descubre" que la situación
financiera del instituto es "compleja y delicada". Con este mismo espíritu,
Onofre Muñoz y Gonzalo Gutiérrez Trujillo -desde la Dirección
de Prestaciones Médicas del IMSS- dieron a conocer los "nuevos"
Programas Integrados de Salud, en los que vergonzosamente el instituto
decide operar el preventivista paquete de servicios esenciales diseñado
por el Banco Mundial, privilegiando el autocuidado como "alternativa" para
atender "enfermedades".
Después de reconocer que aunque el ISSSTE sea "un
enfermo muy grave, no es incurable", su director general (el autorreconocido
priísta con "licencia" y representante de la "maestra" Elba Esther
Gordillo, Benjamín González Roaro), comunicó "un nuevo
modelo para la prestación de servicios integrales" que no requiere
de "mayores recursos" (sic). Se trata, sostuvo, de un "cambio en
la concepción de la medicina que anticipa el daño al prevenir
el riesgo de enfermedades", además de "separar la parte financiera
de los servicios de la parte proveedora" con vistas a hacer "competitivas
las diferentes áreas del instituto".
A decir de la doctora Elsa Carolina Rojas Ortiz, subdirectora
general médica del ISSSTE, ese "nuevo modelo integral" se basa en
la "medicina preventiva", creando "círculos de apoyo para hipertensos,
diabéticos y obesos". Cuenta, además, con "capacidad de respuesta
en el primer nivel de atención, puerta de entrada de 85 por ciento
de la población asegurada" y responde a las "expectativas y necesidades
de nuestros derechohabientes" (sic) en las ocho regiones y 35 subdelegaciones
del instituto.
Después de dos años de no cambio, todo parece
indicar que nada nuevo habría que aguardar en la orientación
de las políticas sociales del foxismo. Porque, aunque Fox se compromete
a "tener el ingenio para atender las necesidades de salud", el "experto"
subsecretario Carlos Hurtado, con su llamado a la "participación
de la iniciativa privada en los servicios médicos", sólo
está confirmando su fenomenal capacidad para tocar de oído
y vivir de hurtado.
Universidad Autónoma
Metropolitana-Xochimilco