Estudios de impacto ambiental estarían
listos en diciembre; la SCT minimiza posibles daños
Proyectan ampliar en 2003 el puerto de Veracruz; repudio
de ecologistas
Impugnaremos jurídicamente el plan: ambientalistas;
"estamos listos para otro Atenco", dicen pescadores
ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL
Veracruz, Ver., 7 de septiembre. Organizaciones
de ecologistas y de pescadores impugnan aquí la posible ampliación
del puerto de Veracruz hacia la zona costera conocida como Bahía
de Vergara -considerado el más ambicioso proyecto en materia portuaria
del sexenio de Vicente Fox y en el cual se invertirían más
de 5 mil millones de pesos-, pues anticipan un crimen ambiental con secuelas
irreversibles para la biodiversidad marina.
La nueva infraestructura portuaria requerirá "ganarle
al mar" 625 hectáreas, pero con ello se destruirán 25 por
ciento del parque arrecifal que desde 1992 se encuentra bajo protección
por decreto presidencial, además de que se destruirán las
isletas que sirven de santuarios para la anidación de pelícanos
marrones, gaviotas y águilas pescadoras.
Sin embargo, la Coordinación de Puertos y Marina
Mercante de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes minimiza
los probables daños y asegura que el pasivo ambiental será
compensado con proyectos alternativos de conservación ecológica
y generación de miles de empleos.
El
anuncio de la inminente extensión de la infraestructura portuaria
hacía Bahía de Vergara, a menos de tres kilómetros
de la actual terminal, hecho el 26 de julio por Administración Portuaria
Integral de Veracruz (Apiver), puso en alerta a las organizaciones ecologistas
que ya se preparan para iniciar una intensa lucha jurídica contra
los atropellos ambientales que conlleva el proyecto.
Hace más de dos años, la Apiver elaboró
el Plan Maestro de Desarrollo del Puerto de Veracruz 2000-2010, en el cual
se establecen los objetivos para responder a la demanda en los niveles
de movilización de carga, al impedir que se sature en breve tiempo,
y se intenta edificar uno de los puertos más modernos del continente
americano.
Raúl Rodríguez Cánovas, director
de la Apiver, refirió que para la sede del proyecto se eligió
a Bahía de Vergara por su viabilidad económica y ubicación
estratégica, ya que conecta con los sistemas ferroviarios y carreteros,
así como el aeropuerto Heriberto Jara Corona y la ciudad industrial
Bruno Pagliai.
Entre los datos técnicos del proyecto se contemplan
una serie de trabajos en dos etapas que incluirían espacio suficiente
para edificar entre 45 y 48 posiciones de atraque, que permitirán
el arribo de buques de gran calado y una movilización estimada de
15.5 millones de toneladas por año, lo que representa un flujo similar
al del actual puerto de Veracruz. En total, se pretende instalar la infraestructura
portuaria en mil 100 hectáreas con reserva territorial de mil 500
hectáreas.
"La inversión está prácticamente
amarrada con la iniciativa privada e inicialmente se estima en alrededor
de cinco mil millones de pesos", dijo.
Biodiversidad amenazada
Agrupaciones como Proceso Verde, Chalchicueye y Greenpeace,
coinciden en que la realización del proyecto prácticamente
será uno de los crímenes ecológicos más graves
que afecten al país, pues se destruirá la cuarta parte del
sistema arrecifal veracruzano.
Isabel Estrada, presidenta de Proceso Verde, una de las
organizaciones ecologistas más antiguas del estado, argumenta que
el dragado de más de 7 millones de metros cúbicos de agua
en Bahía de Vergara, necesarios para la edificación de muelles
y la obtención de 625 hectáreas, además del tráfico
de buques y la contaminación por descargas residuales o derrames
accidentales durante la operación de la futura terminal, aniquilará
los arrecifes y pastos marinos.
Virginia Murrieta, coordinadora de la organización
Chalchicueye -que en voz náhuatl es el nombre de la diosa protectora
de las aguas-, sostiene que está en riesgo el hábitat para
más de mil 400 especies de flora y fauna acuáticas.
La agrupación, pionera de la lucha para que se
emitiera el decreto de área natural protegida del sistema arrecifal
veracruzano, indicó que el nuevo puerto destruirá las principales
formaciones arrecifales localizadas en la zona y que son La Gallega, Galleguilla,
Punta Gorda y Blanquilla. Las dos primeras tienen 53 mil 600 metros cuadrados,
mientras que las restantes miden 31 mil 200 y 19 mil 600 metros cuadrados.
Desde 1945, los levantamientos arrecifales que sobresalen
del mar, en especial, la Isla Blanquilla, están considerados como
santuarios para la anidación de especies de aves marinas como gaviotas,
martín pescador, pelícano marrón y el águila
pescadora.
"Es evidente que al morir las poblaciones coralinas y
pastos marinos no habrá peces ni alimento para estas aves, además
de que la variación de las corrientes marinas, el tránsito
de buques y la contaminación, matará estas especies", puntualizó.
Murrieta Martínez, también jefa del Departamento
de Servicios Asistenciales del Centro INAH-Veracruz, aseveró que
la ampliación portuaria hacia Bahía de Vergara derivará
en una modificación de las corrientes marinas, haciendo peligrar
la subsistencia de las islas y el suelo subacuático.
La instalación de enormes plataformas de concreto
alterará la ruta natural de las corrientes submarinas aumentando
el azolve hacia las zonas aledañas a Bahía de Vergara, siendo
los arrecifes más próximos los de Anegada e Isla Verde, donde
se localiza parte del cementerio de embarcaciones que se hundieron por
diferentes circunstancias durante los últimos cinco siglos y a las
cuales se les conoce como pecios.
Dicho azolve terminaría por sepultar a los restos
de los pecios que se hayan en el fondo del mar y que aún no son
explorados en su totalidad, y perjudicaría gravemente la arqueología
submarina, aseveró.
De igual forma, la alteración de las corrientes
marinas provocará que el agua gane espacios en tierra firme y provoque
la merma en playas, islas y esteros, siendo la Isla de Sacrificios la formación
con mayor peligro y donde todavía hay una reserva de fauna y flora
importantes, además de la existencia de un cementerio prehispánico
perteneciente a la cultura Remojadas.
Todo lo anterior, en perjuicio de más de 600 familias
de pescadores de la zona que dependen de la captura de especies, que desaparecerán
con el relleno de la bahía.
En diciembre, posible autorización presidencial
Por su parte, Francisco Avila Camberos, coordinador general
de Puertos y Marina Mercante de la SCT, dijo que el principal escollo para
ejecutar lo que está considerado como el proyecto portuario más
importante del sexenio foxista, será obtener la modificación
de la línea poligonal que protege al Parque Nacional del Sistema
Arrecifal Veracruz y convencer a la opinión pública sobre
los "daños mínimos" al entorno ecológico.
Por eso, dijo, se realizan trámites para presentar
un proyecto ecológicamente viable que permita combinar el desarrollo
portuario con la conservación del ecosistema marino.
Adelantó que la dependencia a su cargo turnará
en breve el manifiesto de impacto ambiental a la Secretaría del
Medio Ambiente y Recursos Naturales, esperando su autorización para
finales de año, cuando también se presentará la solicitud
al Presidente de la República, para modificar el decreto emitido
en 1992, que declara al sistema arrecifal de Veracruz como Area Natural
Protegida y lo establece como Parque Nacional, por lo que iniciarían
los trabajos a mediados de 2003.
Avila Camberos expuso que la intención será
mover la línea poligonal que protege la zona de arrecifes obteniendo
las 625 hectáreas que requiere el desarrollo portuario pero "compensando"
con la inclusión de otras 2 mil hectáreas hacia la zona sur
del litoral.
El argumento más fuerte que expone la SCT para
obtener la modificación del Parque Nacional es el presunto nivel
de azolve y contaminación que presenta la zona y que ha destruido
80 por ciento de las poblaciones coralinas y otras especies subacuáticas.
"Arrecifes como La Gallega y La Galleguilla, prácticamente
están muertos por el azolve y descargas de aguas residuales, además
casi no hay corales, ya se acabaron", remarcó.
Pero para el director del Parque Nacional del Sistema
Arrecifal Veracruz, Roberto Cudney Bueno, la afirmación del funcionario
es equivocada, pues en la zona se ubican parte de las formaciones arrecifales
más importantes, en las que están asentadas colonias de corales
y peces en peligro de extinción.
Afirmó que el establecimiento de escolleras y muelles,
adicionado con el posterior tráfico de embarcaciones, alterará
el ecosistema de manera irreversible.
En este sentido, Avila Camberos insiste en la viabilidad
ecológica del proyecto y anticipa que la oferta para los futuros
inversionistas portuarios será incluir en los procesos de licitación
la obligación de destinar recursos adicionales para rehabilitar
y conservar las formaciones arrecifales que se mantengan en el lugar.
"Podemos armar un paquete único, queremos vender
la idea de una solución integral, mientras se invierte y se hace
empresa, también se destinan recursos para preservar el entorno
ecológico", dice.
Decidido a superar tal obstáculo, que puede hacer
fracasar el ambicioso proyecto, Avila Camberos apuntó que, incluso,
se atendería lo dispuesto en la Ley General de Equilibrio Ecológico
y Protección Ambiental, que prevé la convocatoria a una consulta
pública para que la ciudadanía conozca la propuesta y "deseche
sus dudas sobre el supuesto peligro ambiental".
No obstante, el funcionario federal también admite
que la opinión pública será el fiel de la balanza
para que prospere el proyecto y un "ambiente negativo", azuzado por la
prensa, junto con los resultados de la posible consulta popular, podrían
ocasionar que sea cancelado si no se obtiene el respaldo popular que, a
su vez, generaría la negativa presidencial para aprobarlo.
"Entonces se pararía la obra y se buscarían
otras opciones factibles, como sucedió en Texcoco: sería
la pérdida de otra oportunidad valiosa", afirma.
El fantasma de Texcoco
A su vez, las organizaciones ambientalistas apoyadas por
los pescadores y habitantes del norte de la ciudad, se dicen prestos a
la resistencia civil.
Integrantes de la Asociación de Colonos de la zona
norte de Veracruz aseguran que machete en mano impedirán la destrucción
de la reserva marítima.
"Dirán lo que quieran, pero Texcoco y Atenco ya
nos pusieron el ejemplo y aquí esperaremos a los que quieren hacer
el famoso puerto", dijo el dirigente Alejandro Márquez.
Raúl Benet, coordinador de Greenpeace México,
manifestó que respaldarán las acciones de los grupos ecologistas
locales, y detalló que existen los instrumentos para invalidar jurídicamente
el proyecto, incluyendo la controversia constitucional si se intenta modificar
el decreto presidencial de 1992 que protege 52 mil 239 hectáreas
de arrecifes coralinos.