Son de 1.5 dólares y 40 centavos por hora, respectivamente, aseguran investigadores
En maquiladoras de México y China, los salarios más bajos del mundo
El desarrollo de esa industria continúa basándose en la generación de empleos precarios
Nuestro país, principal proveedor de ropa de EU; los sueldos no han recuperado niveles de 1993
FABIOLA MARTINEZ ENVIADA
Puebla, Pue. La industria maquiladora de exportación, en particular la de la confección, continúa su avance hacia el sur del continente. De la misma forma como ha ocurrido en los pasados 37 años, la expansión de este sector en México sigue apalancada en el empleo precario.
A pesar de la recesión económica mundial, que alcanzó sus máximos efectos negativos en 2001, nuestro país permanece -a la par de China- como el primer proveedor de ropa de Estados Unidos. Las operaciones durante 2000 fueron por casi 9 mil millones de dólares.
Sin embargo, los salarios de los obreros mexicanos de la industria exportadora de la confección no han recuperado los niveles de 1993, aun cuando la mano de obra se perfecciona en procesos productivos completos, más allá de la simple maquila, afirmaron especialistas en el tema reunidos en el coloquio internacional La industria maquiladora del vestido: estructura, proceso de trabajo, relaciones laborales e impactos sociales.
Con Fox no hay cambios: investigadora de la UNAM
"En el actual gobierno no percibimos cambio. Toda la orientación de la política del presidente Vicente Fox va más hacia la promoción del changarro, el autoempleo y otros mecanismos de sobrevivencia y contención del estallido social", señaló Josefina Morales, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Estudiosa del tema desde hace 15 años, Morales explicó que la maquila es un trabajo industrial que convierte al campesino o desempleado en asalariado, "pero sin derechos; es decir, el gran problema de la proletarización de la fuerza de trabajo, que no se acompaña con derechos laborales básicos y de paso afecta a la industria local. Esa es la maquila en México, en la que ahora se sustenta el Plan Puebla-Panamá".
A su vez, Gary Gereffi, doctor en sociología de la Duke University, en Carolina del Norte, Estados Unidos, e investigador del tema desde 1992, explicó que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte fue la palanca de desarrollo para la industria de la confección de México.
Los grandes centros de confección pasaron a China y a México, naciones que comparten los salarios per cápita más bajos del mundo, en rangos de 40 centavos y 1.5 dólares por hora, respectivamente.
Actualmente México ya no es sólo un país que se dedique a ensamblar, sino que se ha convertido en un área de "paquete completo"; esto es, de variados productos al servicio de la confección de ropa para poderosas marcas estadunidenses como Nike, JC Penny, Tommy Hilfigger, Polo, etcétera.
En suma, agregó Gereffi -director del Centro de Estudios en Mercado y Administración de la Duke University-, el beneficio para este país es el número de trabajos especializados que se han generado y un grupo de fábricas incluso más hábiles, grandes y modernas que las de Estados Unidos.
Sin embargo, "muchos de los trabajos son eventuales y totalmente sujetos a la situación económica de Estados Unidos. Además, es una constante que los sueldos sean bajos, aun cuando la industria es dura por la intensidad del trabajo".
La industria, una de las bases del capitalismo global
En su participación, Huberto Juárez, coordinador del coloquio e investigador de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), dijo que la industria maquiladora de la confección significa actualmente "uno de los fenómenos económicos y sociales más relevantes de las fases recientes del capitalismo global".
Lo anterior no sólo por su potencial productivo, que surte al mercado más grande del mundo, Estados Unidos, sino por los altos procesos de integración; es decir, los obreros mexicanos no sólo fabrican prendas, sino que intervienen, por ejemplo, en la producción de mezclilla, el corte, el diseño y la comercialización.
En el coloquio, convocado por la UAP, la AFL-CIO (la central obrera más grande de Estados Unidos) y la organización de estudiantes universitarios Worker Rights Consortium, se escucharon también las experiencias de obreros e investigadores de Centroamérica y la cuenca del Caribe, región en la que se está repitiendo puntualmente la experiencia de México desde 1965, año en el que se instalaron las primeras plantas en la frontera norte.
A saber: los gobiernos afirman que las maquilas significan inversión, tecnología, empleo y desarrollo social, pero en los hechos, dijo Homero Fuentes, de Guatemala, se lleva a la quiebra a la industria local y privilegia la desregulación de los derechos laborales.
Lo anterior se complica "ante un movimiento sindical débil y fraccionado" y un sector privado fortalecido. "En mi país los 25 intentos de organizar sindicatos libres fueron impedidos de manera preventiva, y cuando pudieron surgir fueron aniquilados de inmediato. La maquila, en especial la de la confección, avanza hacia el sur con paso firme y como generadora de empleos precarios".